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Fabra incendia el CJC al nombrar consejero a un cargo que Garrido tiró

Fernández regresa al CJC de la mano del Consell un mes después de salir como secretario general

Vicente Garrido. german caballero

El Consell provocó ayer un incendio en el seno del Consell Jurídic Consultiu al nombrar a Federico Fernández nuevo consejero en sustitución de Miguel Mira, fallecido el pasado mes de noviembre. La designación, ratificada por el pleno, tiene enjundia ya que Fernández fue destituido en diciembre como secretario general del CJC, un cargo de confianza del presidente de la institución, Vicente Garrido. La decisión de Presidencia de repescar a Fernández, licenciado en Derecho y funcionario de Transportes, generó ayer indignación en el órgano consultivo y dio pie a todo tipo de lecturas, incluidas que el Consell de Alberto Fabra esté tratando de dinamitar por dentro el CJC.

La estupefacción que ha causado el nombramiento de Fernández no es gratuita, sobre todo si se tienen en cuenta las razones por las que Garrido optó por prescindir del secretario general. Fuentes conocedoras del cese de Fernández en diciembre atribuyen la decisión de Garrido al malestar que desde hacía años existía en la institución con el trabajo del desde ayer nuevo consejero. Así, las citadas fuentes apuntan a que Fernández había descuidado sus tareas en el CJC en favor de sus numerosos negocios privados. Al parecer, Fernández sólo acudía por las mañanas a la sede del CJC, algo que chirriaba al resto de trabajadores que cumplen su jornada completa. Federico Fernández Roldán aparece en el registro mercantil como administrador de varias empresas, incluida una Sicav (sociedad de inversión de capital variable). Su nombre pareció en el transcurso de la investigación de la jueza Palacios sobre el caso Gescartera como cliente de categoría especial en HSBC, una entidad que solo atiende a grandes facturas y empresas importantes.

Desde hace al menos dos años, el secretario general había sido apercibido por Garrido y, al final, invitado a irse. El presidente del CJC acabó destituyéndole, un cese que en diciembre fue aprobado por el pleno del Consell. Paradójicamente, un mes después el pleno ha aprobado su entrada en el consejo, por lo que Fernández vuelve a la institución reforzado y con el aval del Consell. Participará junto con el resto de consejeros y el propio Garrido en las deliberaciones, incluidas aquellas para evaluar los proyectos normativos del Consell. El CJC, que tiene además como consejero con voz, pero sin voto al expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, ha emitido algunos dictámenes en los que se han cuestionado iniciativas claves de Fabra, como la reducción de miembros de los órganos estatutarios. Algunas voces relacionaban esta situación adversa para el Consell con la designación de Fernández. Fabra lograría así situar una persona de su confianza.

Al margen del conflicto, el nombramiento pone a la oposición en bandeja la crítica al Consell, que, de un lado, propone reducir miembros, pero no ha tardado ni un mes en cubrir su vacante. El PSPV aún no lo ha hecho.

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