La plaga del picudo rojo (Rhyinchoporus ferrugineus) avanza sin control por la C. Valenciana pese a los esfuerzos de las administraciones por erradicar un insecto cuyos efectos devastadores han transformado el paisaje con decenas de miles de palmeras taladas. Al rápido avance por los municipios del litoral se suma ahora su imparable expansión por las zonas del interior. Los elevados costes de los diversos tratamientos (ninguno definitivo) agravan aún más la situación sin que, por el momento, se hayan obtenido los resultados esperados. A continuación se detalla el mapa de destrucción del «morrut roig» en el territorio valenciano.

L´Horta

El insecto se ceba con el paseo marítimo de la Pobla.

Al menos una veintena de palmeras del paseo marítimo de la Pobla de Farnals, plantadas allí hace más de dos décadas, han muerto víctimas del picudo rojo. Y podría haber sido peor, ya que el ayuntamiento asegura que ha actuado a tiempo para evitar que el insecto acabara con las cerca de 200 palmeras que adornan el frontal marítimo. Aunque vecinos de la playa poblatana aseguran que la muerte de la veintena de palmeras se ha producido en los últimos tres meses, desde el ayuntamiento afirman que la presencia del picudo se detectó «hace tres o cuatro años, como en otros municipios cercanos que también han tenido este problema». Técnicos municipales afirman que la plaga se originó en viviendas privadas con jardín cuyos propietarios no hicieron nada por tratar los árboles afectados.

La Safor

Chalés y áreas rurales se convierten en refugio.

La Safor no se ha librado de la lacra de esta plaga. Cientos de palmeras han sucumbido al picudo rojo, la mayoría de las cuales han tenido que ser taladas. Gran parte de las palmeras muertas están en áreas rurales y en chalés o casas particulares, dado que los ayuntamientos de la comarca, alertados por la plaga, han aplicado medidas. Gandia, Oliva y Tavernes de la Valldigna, con grandes avenidas o espacios públicos repletos de palmeras, han logrado mantener la mayoría de los ejemplares y han optado por retirar los que no han resistido. En estos momentos se mantienen los procesos de fumigación hasta que se encuentre una solución definitiva para la plaga.

La Ribera

Albalat de la Ribera se queda sin su travesía «verde».

Una de las señas de identidad de Albalat de la Ribera también se encuentra en grave peligro. Los vecinos de este municipio consideran que las palmeras que bordean la travesía de la CV-515 son un «símbolo» y se niegan a aceptar su desaparición.

Pero el picudo causa estragos y amenaza con condenar al centenar de ejemplares que desde hace décadas visten de verde los dos kilómetros de la travesía de Albalat, una ronda muy concurrida especialmente en verano.

El picudo rojo también ha cambiado el paisaje urbano de Alzira, al menos, en los accesos por la CV-50, hasta no hace mucho flaqueados por palmeras. La empresa encargada de los parques y jardines de la ciudad taló en 2013 alrededor de 70 palmeras afectadas por esta plaga, lo que eleva a cerca de 500 los ejemplares de palmera canaria talados en cuatro años. El último dato facilitado a finales de año por el ayuntamiento contabilizaba la pérdida de 484 palmeras canarias mientras que, en ese momento, se conservaba una población de 161 ejemplares.

En Cullera, el picudo rojo también ha hecho estragos, aunque, en menor medida. De momento, se han tenido que talar alrededor de 10 ejemplares, el resto reciben un tratamiento fitosanitario para eliminar el picudo en todas sus fases.

La Costera/la Canal/la Vall d´Albaida

Xàtiva pierde uno de sus emblemas en el conservatorio.

Es una única palmera, pero era un emblema. El ejemplar que presidía el centro del patio porticado del antiguo convento de San Agustín de Xàtiva, hoy sede del Conservatorio de Música Luis Milán y de una extensión de la Uned, cayó abatida por el picudo rojo en 2009. Hasta entonces había presidido, imponente, ese espacio de uno de los edificios emblemáticos de la ciudad. Ahora, un solitario tocón es el único vestigio de lo que fue una esbelta palmera centenaria.

En Canals, en 2010, el ayuntamiento se propuso combatir el picudo con una cápsula que se abraza a la parte más alta del tronco, desde donde nacen las ramas, y aplica un calor inofensivo para el árbol pero letal para el picudo. Achicharra los ejemplares que hay en la palmera.

La Marina

El coleóptero ataca también a las palmeras autóctonas.

Los primeros casos de palmeras infestadas de picudo rojo se detectaron en la Marina Alta a finales de 2009. Se estaba sobre aviso de los efectos devastadores, pero ya fue imposible de contener. Además, en diciembre de 2011, en Xàbia se confirmó que este coleóptero ya no tenía bastante con destruir las palmeras canarias; también atacaba ya las datileras, que son las autóctonas y las que forman parte del paisaje tradicional de la comarca. En estos años de plaga, se calcula que la mitad de las palmeras se han infestado. El Ayuntamiento de Dénia decidió, finalmente, talar las palmeras de una céntrica avenida y plantar otro tipo de arbolado. El gran problema es que muchos propietarios de parcelas no han tomado medidas y, al final, sus palmeras se han convertido en un foco de expansión. El consistorio incluso llegó a anunciar que multaría con hasta 3.000 euros a los propietarios de palmeras infestadas que no las retirasen.

Castelló

La plaga obliga a cambiar la ornamentación en los parques.

En la ciudad de Castelló, el picudo rojo se ha llevado por delante un millar de palmeras desde que arribó al puerto procedente de un carguero de Egipto en 2007. Avenidas o parques de la ciudad han visto sustituidos sus antiguos ejemplares ornamentales por nuevas plantaciones de palmeras. Pero estas restituciones y los tratamientos del ayuntamiento y el Consell han sido insuficientes para atajar la plaga.

Uno de los puntos más afectados ha sido la avenida Capuchinos. El pequeño insecto ha acabado desde 2007 con 58 de las 60 palmeras primigenias del lugar. La última tala y la consiguiente replantación se realizó el pasado mes de noviembre.

El picudo también se ha extendido en los últimos siete años por las avenidas Rei en Jaume, plaza María Agustina, Capuchinos, paseo Buenavista, Sebastián Elcano, y los parques Ribalta y de la Panderola. Recientemente, los servicios municipales han arrancado las palmeras situadas en el Moll de Costa del puerto.

En Vinaròs, el picudo rojo avanza inexorablemente. El ayuntamiento ha talado ya varias palmeras, las dos últimas las que se encontraban frente la fachada del antiguo colegio San Sebastián, en pleno paseo marítimo. Unas palmeras emblemáticas que durante más de medio siglo habían presidido las entradas de este edificio.