El Instituto Nóos, liderado por el yerno del Rey y su exsocio Diego Torres, coló a las Administraciones públicas de Valencia y Balears, como gastos de los foros pagados con fondos públicos sobre turismo y deporte, facturas tan extrañas como la compra de dos esculturas, un viaje a México u hoteles en Londres, Luxemburgo y Rusia.
Las esculturas costaron unos 300 euros y se metieron dentro de las facturas de los gastos de los Valencia Summit. Nadie sabe el destino final de esas obras de arte, pero este coste no ha sido aceptado como válido por los investigadores.
El personal de Nóos realizó entre 2004 y 2007 numerosos viajes relacionados con proyectos de Urdangarin y Torres. El instituto contaba con un patrocinio exterior en forma de billetes de avión para los Illes Balears Forum regalados por Air Europa, pero Nóos giró al Govern facturas por esos mismos desplazamientos.
Otro gasto llamativo que el duque de Palma cargó a las Administraciones fue la contratación en una empresa de azafatas de una asistenta para su asistenta personal (464 euros).
Nóos hizo que la Generalitat Valenciana corriera con el pago de unos 1.300 euros de las pólizas de un seguro médico con una compañía privada. El fiscal es tajante al rechazar ese cargo: «esos pagos no tienen relación con el evento de Valencia».
Nóos contrató a traductores de distintos idiomas, así como a correctores de textos y compaginadores para la edición de varios libros, que luego regalaban a sus clientes y que les servían de promoción. Entre el maremágnum de facturas que se presentaron para acreditar el destino de los millones de euros públicos recibidos por el Instituto destacan muchas por trabajos de esa naturaleza.
