«Sapere aude», que significa «Atrévete a pensar», es la locución latina que más le gusta a Adriana Caballer Ricart (Mislata, 1996). Esta alumna del Instituto de Educación Secundaria (IES) público La Morería de esta ciudad de l'Horta Sud, que acaba de terminar Bachillerato con una media de 8,2 puntos, ha convertido en su bandera la frase del poeta romano Horacio que Kant consagró como lema de la Ilustración. Ha ganado este curso tres de los premios escolares más importantes de latín y Cultura Clásica de la Comunitat Valenciana.
En febrero ganó el Certamen Ciceronianum, organizado por la Sociedad Española de Estudios Clásicos (SEEC), que consistía en la traducción y comentario de un texto del escritor romano Cicerón que se analiza en segundo de Filología Clásica. Obtuvo como premio un viaje a Arpino (Italia), para participar en la XXXIV edición del concurso de traducción de Latín más importante del mundo, el Certamen Ciceronianum Arpinas. En marzo logró el primer puesto y un premio en metálico en la prueba de traducción de César, el Certamen Caesarianum del Collegium 'Sapere aude', y en el que participaron 43 alumnos de 19 centros. Finalmente, en abril ganó la quinta edición de las Olimpiadas de Clásicas, que organiza la Universitat de València y cuyo premio es una matrícula gratuita el curso que viene en el grado que quiera. Mientras en España sólo se estudia latín como optativa en 4º de ESO, y otros dos años más en el Bachillerato de Humanidades, en Francia e Italia hay cinco y seis años y en Alemania se cursa desde los 11 y 12 años.
¿Por qué le apasiona el latín?
Nunca he encontrado una razón por la que me gusta el latín. Realmente me gustan las lenguas, pienso que todas son preciosas y me encantaría aprender cuantas más mejor. Además es la base de muchas lenguas, por eso me fascina.
Habla del latín como si no fuera una lengua muerta...
En absoluto, para mí esta muy vivo. Creo que el latín es el modo de expresarse que tenían autores muy importantes del pasado y que es la única forma que tenemos de comunicarnos con ellos. Cierto es que el hablar latín hoy en día teniendo otros idiomas, quizás para algunos pueda parecer un poco absurdo; pero es un buen método para aprender y memorizar mejor las palabras en esta lengua clásica.
El pasado verano, en lugar de ir al Reino Unido a aprender inglés, se fue un mes al «Vivarum Novum» de Roma, que está considerada la mejor academia de latín y griego del mundo. ¿Por qué?
Quería probar. Tengo muchas expectativas puestas en el latín y el griego, ya que quiero estudiar Clásicas. Quería sumergirme más de lo que ya estaba dentro del latín y aprender más. Realmente es un sitio donde la inmersión en latín es total y quería probarlo.
¿En su interés por el latín han influido sus padres o su familia?
Para nada. Me metí al latín por huir de las matemáticas y las ciencias. No tenía ni idea de lo que era. Así como me ha gustado, podría haberlo odiado con toda mi alma.
¿Los alumnos de ESO siguen viéndolo como un «hueso»?
No. Realmente en cuarto mucha gente elige Latín porque en tercero hizo la optativa de Cultura Clásica y se quedó «enganchado». No creo que nadie lo vea como algo difícil.
¿Cree que debería haber más latín en Secundaria?
Sí. Tendría que haber al menos un año obligatorio para que el latín no sea una elección por huir de las ciencias. Siempre digo que al principio de 3º de ESO no sabía que quería hacer, pero a las dos semanas tenía muy claro que me iba a letras, pues no se me daba nada bien ni Biología ni Tecnología. Creo que si no hubiera dado esas asignaturas en tercero no habría sabido que lo mio son las letras, porque nunca habría descubierto dichas materias de Ciencias que, aunque sea un poco, también es necesario conocer. Por ello pienso que el latín, antes que elegir, hay que conocerlo.
¿Cómo ha vivido el ganar este curso tres de los premios escolares más importantes de latín?
Los tres han sido experiencias muy buenas. Me alegro mucho de haberlos ganado. Gracias a uno de ellos, hemos podido mi profesor y yo ir a Italia, para participar en el Certamen Ciceronianum Arpinas. Allí, competimos 148 alumnos de 12 países. La mayoría de ellos habían dado en el instituto entre 5 y 7 años de latín, lo cual prueba que en muchos países europeos no se duda del valor de las lenguas clásicas; no solo las fomentan sino que las ofrecen tanto para alumnos de ciencias como de letras.
¿Y qué recuerdos no olvidará del «Ciceronianum» de Arpino?
Las personas que conocí y el estar allí todos unidos por el latín, que era nuestro nexo, pues al haber gente de tantos países nos comunicábamos en latín y, a veces, en inglés. No fue muy complicado hablar en latín, pues mi estancia en el Vivarium Novum de Roma, donde sólo nos podíamos comunicar en esa lengua, me permitió ganar mucha soltura. Y al tener esa facilidad parece que sé más latín del que sé, que en realidad no sé nada.
¿Aconsejaría a un chaval de tercero de ESO que elija Latín?
Sí, porque le va a llenar. Ahora tengo amigos de cuartyo de otros institutos, que no saben que optativas elegir. Yo siempre les digo que se vengan a La Morería a estudiar Latín y Griego, porque van a aprender el latín de una forma activa. Van a descubrir muchísimas cosas, ya no sólo de latín, sino de cultura.
