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Entrevista | Bartolomé Cánovas

"Hay que seguir acercando el puerto a la gente; por la noche está muerto"

Cánovas asegura que el recinto de Valencia es estratégicamente el más importante del Mediterráneo

"Hay que seguir acercando el puerto a la gente; por la noche está muerto"

Afable y muy agradecido a la tierra que le ha acogido durante los últimos tres años y medio, el ya excomandante naval de Valencia, Bartolomé Cánovas, de 58 años, destaca su extraordinaria estancia en la ciudad, que considera que tiene el primer puerto del Mediterráneo.

¿Cómo llegó a Valencia y que misión le encomendaron?

Nosotros los marinos tenemos puestos de libre designación. Me recomendaron Valencia, la pedí y me la dieron. Llegué sin conocer nada en absoluto y nada más llegar me di cuenta de lo fabulosa que es esta ciudad. Tiene unas tradiciones únicas, desde el punto de vista militar el nivel es altísimo y cuenta con seis universidades, con las que he colaborado en varias ocasiones. Además he hecho muchísimos amigos aquí y me voy con muchísima pena. Me quedaría a vivir toda la vida. Desde el punto de vista profesional, venir a Valencia es hacerlo a una gran plaza, muy apetecible para cualquiera, sobre todo porque la inmensa mayoría de los marinos venimos de Madrid y estar cerca de la mar nos tira mucho. Por cierto, los marinos decimos la mar.

La Comandancia Naval es una institución desconocida para la mayoría de la sociedad, ¿podría explicar cuáles son sus tareas?

Somos como una embajada, es decir, el delegado del Jefe del Estado Mayor de la Armada en una provincia naval. Nosotros llevamos Valencia y Castellón. ¿Qué hacemos? Pues, por ejemplo, ahora estamos preparando un barco americano que viene, y se le gestiona todo para que el barco extranjero se sienta como en casa. Otra gran misión son los hallazgos, es decir, todo lo que se pierde en el mar es misión nuestra, de tal forma que tenemos que buscar a su dueño para devolverlo. También desactivamos artefactos navales, porque en la zona de Valencia aún hay bastantes de la guerra civil. También son muy importantes las relaciones públicas con la sociedad. Todo lo que necesite la Armada, nosotros lo gestionamos.

¿Cuéntenos que han recuperado del mar?

Tenemos un equipo especial denominado ‘cazaminas’, que actuan también como protección antiterrorista. Pero además contamos con medios para detectar barcos hundidos, localizar monedas, etc. Todo esto lo ponemos a disposición de la sociedad civil, que es nuestra misión principal. En cuanto a los hallazgos, por razones obvias, no se pueden desvelar, sobre todo los hallazgos buenos. No estamos autorizados.

¿Ni siquiera nos va a contar los que se exhibe en museos?

Le contaré una anécdota. En la Casa del Almirante de Ferrol se duerme sobre una cama de plata porque las cosas que recuperamos no las podemos ni vender ni que se lo lleve nadie. Así, los tres museos de la zona marítima están llenos de objetivos que hemos sacado de los distintos galeones y embarcaciones antiguas.

¿Por qué Valencia es un puerto de escalas militares?

Desde el punto de vista estratégico, Valencia es el primer puerto del Mediterráneo. Y es cierto que cualquier maniobra militar sale por Valencia, como Afganistán o Libia, porque Valencia es el puerto OTAN por excelencia, dada la proximidad de la base de Bétera.

¿Podría calificarme las instalaciones del puerto de Valencia?

Excelentes. No es una opinión parcial. La OTAN valora si por su seguridad entra un barco o no aquí, y desde el punto de vista logístico y de seguridad es impresionante.

¿Cuántas veces ha escuchado que Valencia vive de espaldas al mar?

¡Muchas! Esta crítica, aunque matizable muy mucho, lleva algo de razón. De aquí al centro a pie son 4,5 kilómetros, sin embargo Barcelona tiene los barcos delante mismo de Colón. Antiguamente los transatlánticos entraban hasta dentro, pero con la reforma del puerto se quedan muy lejos. Barcos preciosos como el ‘Americo Vespucio’ no pudo entrar a la dársena, y es una pena. Otra cuestión importante es que esta zona, a partir de las 10 de la noche, está muerta. Creo que hay que acercarlo la gente, y creo que las autoridades, tanto la alcaldesa como el propio puerto, están poniendo muchos medios para hacerlo.

¿Ha visto algún resultado?

Sí, el Consorcio lo que ha hecho ha sido quitar la valla, y ahora por fin se puede caminar desde El Grao hasta el Veles e Vents paseando por el mar, y eso es muy digno para esta ciudad.

¿Y qué pensó cuando llegó a la Comandancia y estaba rodeado por un circuito de Fórmula 1?

Pues… No voy a entrar a valorar si era bueno o no para la ciudad, pero logísticamente era muy agobiante tanto para nosotros como para la Guardia Civil, que nos quedábamos encerrados dentro del circuito.

¿Le recuerdan a menudo sus ‘guapetona, guapetona’ que le lanzó a la alcaldesa Rita Barberá en su discurso de la festividad de El Carmen?

Le voy a explicar el porqué. Políticamente, por ser militar, no puedo valorar nada. Lo que sí le digo es que yo he sido muy valenciano. Yo iba al Cabanyal a hacer mis compras y me encantaba de siempre que, pese a ser viejo y exhibir esta barba blanca, las dependientas siempre me decían ‘guapetón, ¿qué quieres que te ponga?’. Es una expresión que me gustó mucho. Entonces, de verdad, la alcaldesa se ha portado fenomenal con nosotros y siempre me ha dado todo lo que le he pedido. Le llamé un año guapetona por gratitud y tuvo una gran repercusión. Me decían, ¿no lo repetirás más, verdad? Pero yo me reafirmé en mis palabras. En fin, es una expresión medio en broma, pero la dije porque es una expresión muy valenciana. No sé si puedo contar otra anécdota, pero lo haré. La Comandancia tiene muy pocos recursos económicos, y una vez queríamos regalarle flores a las falleras mayores, pero al no tener dinero, les regalamos una cajita de naranjas. Todo el mundo nos felicitó por ese gesto.

Se le ve encantado en Valencia.

Es que yo no me iría de aquí ni con la Guardia Civil. Pero bueno, hay un procesos que hay cumplir. Lo mejor de Valencia es que se puede vivir como un pueblo con la calidad de una gran ciudad. Entré encantado y salgo llorando.

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