La interacción de las artes de la pesca en la Comunitat Valenciana provocó el pasado año la muerte o la captura accidental de 54 animales, concretamente 32 aves, 20 tortugas y dos cetáceos, según los datos facilitados por la Conselleria de Medio Ambiente. Para realizar este informe se han tenido en cuenta los datos registrados en los tres Centros de Recuperación de Fauna Silvestre (CRF): CRF Santa Faz (Alicante), CRF La Granja del Saler (Valencia) y el CRF Forn del Vidre (Castellón).

Además, fuentes de la Conselleria destacaron que de todos los animales que ingresaron en los CRF, 29 se han recuperado o han sido liberados, lo que representa el 54 por ciento del total, más de la mitad.

La mayor parte de los registros se dieron en Alicante y Valencia, concretamente 16 y 11 casos respectivamente, por 5 en Castelló. El mayor número de capturas accidentales por artes de pesca corresponden a «anzuelo deportivo», siendo el resto de artes responsables de un menor número de casos.

La especie de ave que sufrió más daños por pesca fue la gaviota patiamarilla, con once casos. Le sigue la gaviota de Audouin con seis casos registrados. En este sentido, la conselleria advirtió de que los daños en aves provocados por la captura por anzuelo han «aumentado considerablemente» en los últimos años. La otra causa es el uso de la red.

De los 32 ingresos en los CRF de aves marinas derivadas de interacción con artes de pesca, 6 ejemplares ingresaron ya muertos, 10 se recuperaron y se pudieron liberar, mientras que 6 murieron y 10 se sacrificaron.

En cuanto a las tortugas, en 2014 se registraron un total de 20 tortugas capturadas accidentalmente por pesquerías o encontradas en las costas de la Comunitat Valenciana por uso de la pesca. De éstas, una se recogió muerta y 19 vivas, aunque dos murieron antes de llegar a las instalaciones del ARCA para su recuperación.

La mayor parte de los casos de interacción de tortugas con artes de pesca ha sido con redes de arrastre (11 casos) y trasmallo (7 casos), detectándose sólo un caso de interacción con palangre. «No se ha registrado ningún caso de tortuga varada por interacción con embarcaciones de pesca deportiva», apuntaron las mismas fuentes.

Al respecto, la conselleria señaló que durante los últimos años «se observa un aumento» de las entradas de ejemplares en centros de recuperación y en el ARCA. Así, de los de tortuga boba ingresados vivos en el ARCA, doce se liberaron tras el periodo de recuperación, tres murieron y el resto permanece aún en las instalaciones de l'Oceanogràfic. De estas tortugas, tres han sido marcadas con placas metálicas y microchip y están listas para su liberación.

Por lo que respecta a los cetáceos, sólo se han encontrado dos casos con evidencias de interacción con artes de pesca. Estos dos casos corresponden con los únicos en los que se ha podido determinar la causa de la muerte, correspondientes a dos delfines mulares, uno en Torrevieja y otro en Guardamar del Segura. Estos dos delfines ingresaron cadáver, se realizó necropsia y se tomaron datos y muestras útiles para investigaciones científicas.