El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, esquivó ayer las críticas vertidas en las redes sociales y algún medio de comunicación sobre su presencia en la plaza de toros de Valencia en la misma tarde del miércoles en que se gestionaban los efectos españoles del atentado en Túnez, en el que falleció un matrimonio de jubilados catalanes y una pareja de Sueca permaneció casi 24 horas ilocalizada.

Con motivo de su visita fallera a Valencia, Margallo acudió al coso taurino de la calle Xàtiva poco antes de las cinco de la tarde y se marchó en torno a las 17.20 horas sin ver ni un solo toro, puesto que el primer astado fue devuelto a los corrales tras el tercio de varas. El ministro se marchó de la plaza antes de salir al albero el sobrero que lo sustituía. En ese interludio se le vio hablando por teléfono móvil.

Preguntado por su presencia anteayer en la plaza de toros de Valencia, García-Margallo explicó ayer que dejó a su hija y al marido de ésta en la plaza y se trasladó a la delegación del Gobierno de Valencia. «Estuve tranquilo hasta las 15 horas, cuando la cifra de muertos inicial era de ocho y no había ningún español. Me alarmé tras la intervención del primer ministro tunecino, que informó del fallecimiento de dos españoles», una información que, según el relato del ministro de Asuntos Exteriores, no fue confirmada hasta pasadas las 19 horas.

Sin embargo, en la primera rueda de prensa, ofrecida el miércoles, Margallo dijo literalmente que había sido una tarde con una «enorme confusión de datos» y en su reconstrucción de la jornada aludió a que «a partir de las 15 horas el presidente del Gobierno tunecino ofrecía el balance de 20 muertos y un muerto de nacionalidad española». Por tanto, cuando acudió a la plaza ya se manejaba la hipótesis de posibles víctimas españolas. Minutos después de abandonar el coso taurino, Exteriores emitió un comunicado en que condenaba con «horror» e «indignación» el atentado y anunciaba que la embajada española en Túnez estaba en permanente contacto con las autoridades tunecinas «ante la eventualidad de que hubiera españoles afectados».

Fuentes del Ministerio de Exteriores precisaron a La Vanguardia que José Manuel García-Margallo estuvo en la plaza de toros de manera puntual, de forma que el responsable de la diplomacia hizo acto de presencia mientras desde su gabinete se recogían los últimos datos que le permitirían informar posteriormente a la opinión pública sobre el atentado, primero mediante un comunicado y después con una rueda de prensa.