Alfonso Gómez Haro vivía en 1999 en un almacén, donde su única pertenencia era un colchón. Pero en el año 2000, la empresa Les Simetes de Partagás, en la que figuraba como administrador, emitió 20 facturas a Terra Mítica por 226,6 millones de pesetas (1,3 millones de euros). El testimonio de Gómez Haro dejó ayer al descubierto el «modus operandi» de la trama de facturas falsas que se insertó en el corazón del parque temático para defraudar 4,4 millones de euros.

Alfonso Gómez explicó ante el tribunal que en aquella época trabajaba «con un chaval repartiendo material „de obra„ en una furgoneta» y que «alguien» le propuso figurar como administrador de «Les Simetes de Partagás», con sede en Paterna. No recuerda muy bien quién le hizo esta oferta. «Porque estaba todo el día borracho» y «dormía en un colchón en un almacén». De hecho, admitió que la gente lo conocía como «el indigente». Por eso aceptó este trato. «A cambio de un sitio para dormir». No explicó si lo consiguió.

Gracias a su firma la trama emitió 15 facturas falsas de Les Simetes de Partagás a nombre de Desarrollos Gran Vía por 122,4 millones de pesetas, otras tres para Altos del Carrichal por «jornales de escayolistas» por valor de 66 millones de pesetas y dos facturas más por «horas de oficial de primera y peón» a nombre de Red Moreno SL por 37,3 millones de pesetas, durante el año 2000. Una actividad considerable si se tiene en cuenta que, como dice la fiscal de Terra Mítica, Les Simetes de Partagás «apenas tenía trabajadores, su objeto social no recogía los trabajos presuntamente efectuados y no recibió en sus cuentas el importe recogido en las facturas».

Gómez Haro, que se enfrenta a una pena de 20 años y un mes de prisión, explicó que únicamente conocía al empresario José Luis Rubio, responsable de las mercantiles Gribal y Desarrollo Gran Vía y uno de los supuestos cabecillas de la trama, de verle «en un bar» y por «un amigo común», aunque nunca trabajó para él, ni para los otros dos principales acusados y empresarios Antonio Moreno y Vicente Conesa. «Rubio nunca me ha pagado sueldo, quizá alguna cerveza», admitió.

Sobre las declaraciones de IVA de «Les Simetes de Partagás» explicó que no sabía «para qué vale ese documento». Cuando se le exhibió un abanico de facturas presentadas por «su» empresa, González Haro confirmó que la firma que aparece en los documentos no era la suya, por lo que «es falsa».

Otro acusado que declaró ayer, Pedro Belén de Alex, que consta como responsable de la mercantil Ximo Duald y que facturó 579 millones de pesetas en trabajos para construir Terra Mítica, indicó al tribunal que era cocinero y tenía un bar hasta que «el negocio fue mal». Como quería trabajar, el también procesado Javier Alós le propuso constituir la sociedad. «Sólo fui al notario para firmar la constitución de la empresa, pero después me desentendí de ella hasta que me imputaron en la causa», en la quela Fiscalía le pide veinticinco años y medio de prisión.