­El debate en torno a los deberes promete traer cola. Cada vez son más los padres que se quejan ante los profesores de la excesiva carga de trabajo que sus hijos llevan a casa al salir de la escuela. La prueba es que una campaña en internet con el título «Por la racionalización de los deberes en el sistema educativo español» cuenta ya con más de 75.000 firmas. Y es que según la Organización para la Cooperación y el desarrollo Económicos (OCDE), España es el quinto país de una lista de 38 naciones que más deberes pone. Según este organismo, los niños españoles dedican a sus tareas en horario extraescolar 6,5 horas semanales frente a la media de 4,9 del resto.

Y curiosamente esta carga de tareas no se refleja en los resultados, según se desprende de las puntuaciones obtenidas por España en el informe PISA. Un argumento utilizado por los detractores de los deberes „sobre todo padres, pero también cada vez más docentes„ que recuerdan que Finlandia, uno de los países con mejores resultados académicos es uno de los que cuenta con menos horas lectivas y menos deberes extraescolares.

Además, argumentan que los deberes son una manera adicional de aumentar las diferencias entre los niños de familias con un nivel sociocultural alto y los de familias de menor nivel tanto cultural como económico. Padres que no tienen la formación necesaria para ayudar a sus hijos ni recursos para pagar un profesor particular.

También denuncian que las horas que los niños dedican al día a sus estudios son excesivas, quitando de esta forma horas para el juego, el descanso o incluso para el aburrimiento. «Qué haríamos los adultos si al acabar nuestra jornada laboral tuviéramos que llevarnos cada día trabajo a casa», denuncia un padre que añade que «es como si los niños tuvieran una jornada laboral de 12 horas». Además, la carga de deberes de cada niño depende fundamentalmente del profesor. Así, incluso en un mismo curso, con el mismo proyecto del centro educativo y el mismo contenido a estudiar, hay profesores que mandan muchas más tareas que otros.

«Obstáculo para la conciliación»

Desde la Associació Valenciana de Directors d´Infantil i Primària (Avdip) de la escuela pública, su presidente, Vicent Ripoll, admite que «hoy por hoy, los deberes son un problema». «Es necesario abrir un debate serio sobre los deberes, pues se han convertido en un obstáculo para la conciliación familiar», añade. En este sentido, Ripoll, subraya que la saturación de tareas para casa «impide que los padres jueguen más con sus hijos y dificulta las actividades en familia, con lo que les estamos robando la infancia a los niños».

Por todo esto, el portavoz de los directores de colegios públicos considera «que hace falta una regulación de los deberes, ver qué cantidad sería deseable y que se coordinen todos los maestros a la hora de encargar tareas». Para Ripoll, «la función de los deberes no debe ser la de continuar en casa lo que no ha dado tiempo a hacer en clase». «Si estas tareas „prosigue„ tienen algún sentido, tendría que ser para reforzar en casa los conceptos básicos que el niño no ha adquirido en clase, no para mantener o aumentar la distancia entre el alumnado».

El presidente de la Asociación de Directores de Institutos de Educación Secundaria del País Valencià (Adies-PV), Vicent Baggetto, sostiene que en Primaria y Educación Secundaria Obligatoria (ESO) se debe primar más el trabajo en clase que sobrecargar a los escolares con tareas para casa. «Una clase bien seguida, bien dada y trabajada es el 90 % de la consecución de objetivos, con lo que casi habría de ser suficiente».

«No todos van a ser un Messi»

La presidenta de Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana y directora de un colegio religioso concertado, Vicenta Rodríguez, ve los deberes «como un complemento necesario de lo que se trabaja en clase». «Su función „añade„ es que los alumnos que van mejor profundicen en lo aprendido y reforzar el aprendizaje de aquellos que tienen dificultades».

En ESO Rodríguez apuesta «por menos deberes y más horas de estudio en casa que permitan profundizar aprendizajes». Sin embargo, lamenta, «hay alumnos de Secundaria que entrenan a fútbol, baloncesto, natación u otros deportes hasta más allá de las 9 de la noche tres días a la semana; y, claro, como todos no van a ser un Messi, cuando llegan a casa se encuentran con que tienen que estudiar per0 están tan cansados que no pueden». Por ello, antes que el debate de si se ponen muchos o pocos deberes, Rodríguez plantea otras disyuntivas: «¿Tienen muchos deberes o muchas extraescolares? ¿Cuál es el objetivo de estas actividades, que los niños se formen o que no estén solos en casa?»