Profesor, ensayista, antropólogo, escritor...., ante todo, una eminencia y un referente imprescindible del nacionalismo valenciano y de la cultura de este país. Mira reflexiona en esta entrevista sobre el momento histórico que vive el valencianismo nacional hoy.
Llega el 9 d´Octubre, y después de 20 años, no lo celebraremos con el PP en la Generalitat ¿cree que percibiremos el cambio?
Para nosotros los valencianos, el 9 d´Octubre debería ser, como para los ciudadanos de muchos países y naciones del mundo, una fiesta simbólica y representativa de nuestro nacimiento político como pueblo en la historia. Si bien es cierto, que en los últimos años, los poderes públicos lo han convertido casi en un motivo de propaganda política e ideológica, incluso con alguna parte, folklórica. Yo confío que este año, el 9 d´Octubre representará una celebración más positiva, que conectará más con nuestra historia y con nuestra personalidad como pueblo y como colectividad.
¿Entonces los gobiernos del PP no le han dado al 9 d´Octubre la dimensión nacional que le correspondería?
No ha habido en los últimos 20 años un gran interés por dotar al 9 d´Octubre de un verdadero sentido, de un verdadero contenido y de relacionarlo con nuestra historia. Tampoco en los 15 años anteriores del señor Joan Lerma lo hubo. Lerma no tenía una gran preocupación por el País Valenciano, de hecho, convirtió en una comunidad este país, lo que no puede ser más terrible y destructivo para nuestro sentimiento nacional.
Compromís consiguió un gran resultado electoral en las autonómicas y municipales y forma parte del gobierno de las principales instituciones valencianas, ¿el valencianismo político vive hoy un momento histórico?
Un valencianismo político, nacional y progresista siempre ha existido en nuestra historia reciente. Siempre ha habido miles de personas que han estado trabajando en la base social por ese valencianismo político. Pero ha sido ahora cuando se han dado unas circunstancias más favorables, como por ejemplo, la crisis económica y el descrédito de los dos partidos mayoritarios, cuando este valencianismo nacional ha experimentado un crecimiento espectacular, y si se quiere, hasta inesperado. Lo que no podemos saber aún, y es pronto para aventurarse en otros análisis, es si ese crecimiento electoral tan visible y esa llegada al poder político, en la Generalitat y en otras instituciones, responde a una nueva realidad efímera, o si por el contrario responde a una coherencia política interna, en la que este valencianismo nacional no va a caer en la trampa de entrar en una formación española, en la que correría el peligro de difuminarse.
Como conocido activista y militante del Bloc, ¿cree que debería esta formación concurrir a las generales con Podemos?
Desde que milité en el franquismo clandestino en fuerzas progresistas y nacionalistas; luego cuando lo hice en la Unitat del Poble Valencià y en el Bloc, siempre he tenido la misma visión. Aquí en el País Valenciano se hace necesaria una organización vista y percibida como propiamente valenciana en nuestro territorio y en un único espacio geográfico. Y esto, desde el punto de vista del valencianismo nacional, es incompatible en la realidad con el hecho de integrarse de forma casi subordinada con cualquier formación de ámbito estatal. Hay que elegir entre una formación rigurosamente valenciana o resignarse a una visión y obediencia española, que deja las cosas como están.
Dice Ximo Puig que el nuevo Consell se va a esforzar por dar visibilidad a los valencianos en el resto de España ¿no cree que no tenemos visibilidad desde los tiempos de Jaume I?
Para ser rigurosos, hay que contar desde mediados del siglo XIX cuando empieza el juego político en el Estado Español, y desde luego que en 150 años, los valencianos no hemos tenido visibilidad porque no hemos sido capaces de construir una fuerza política propia. Ahora, vivimos un momento magnífico y espero que no desaprovechemos la oportunidad de construir un valencianismo político, que no esté subordinado a la política española, y que sea capaz de defender sus aspiraciones de manera potente, al margen de los territorios mayoritarios que representen al gobierno central.
