Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Pieza única

Ador guarda el reloj de sol más antiguo

El matemático Joan Olivares descubre en un sillar que exhibe el municipio de la Safor el único «gnomon» romano de la C. Valenciana

Ador guarda el reloj de sol más antiguo

El Museu Etnològic de la pequeña localidad de Ador (la Safor) ha mostrado durante los últimos años el reloj de sol más antiguo de la Comunitat Valenciana, pero hasta ahora nadie lo sabía. La piedra cuadrangular con una hendidura semicircular en uno de sus lados pasó desapercibida. Un sillar o un fragmento de acequia romana eran las hipótesis que se barajaban.

Este verano un visitante del museo vio que aquello podía ser lo que realmente es y, para cerciorarse, se lo anunció a Joan Olivares, un escritor, matemático y experto en relojes solares, quien, al desplazarse a Ador para comprobar el hallazgo, no tuvo la más mínima duda de qué era lo que tenía ante sus ojos.

De la época imperial

Se trata de una pieza única, un nomon de la época romana imperial, diseñado y construido, casi con toda seguridad hace 1.700 años, en el siglo tercero de nuestra era. Si todos esos datos se confirman en los estudios que ahora van a llevarse a cabo, Ador podrá decir que dispone del único medidor de tiempo romano hallado en tierras valencianas, y también el más antiguo de todos ellos.

Olivares indica que ese reloj está entero, a falta del gnomon, la varilla metálica que proyectaba su sombra para indicar la hora, y que por eso es un hallazgo «excepcional». «La única pieza de esas características que se conserva en el País Valenciano», añade.

Pese al prolongado dominio del imperio romano en la antigua Hispania, en todo ese territorio apenas se han encontrado unos 30 relojes solares, muchos de ellos fragmentos, de ahí que el de Ador figure seguramente entre los 10 mejor conservados de la Península.

A esta pieza incluso se le podría poner un gnomon para que «funcionara» otra vez marcando las «horas romanas», distintas a las actuales porque el semicírculo que indica el paso del tiempo está compuesto por 12 fragmentos, como medían los romanos el día, tanto en invierno como en verano.

El historiador local de Ador, Tomás Mascarell, explicó que la «piedra» que ahora cobra una importancia capital en la arqueología valenciana estuvo durante años abandonada, y posiblemente enterrada, en el huerto de una vivienda de la localidad. No se sabe quién se la dio al propietario, ni mucho menos que en algún momento pudiera sospechar que tenía mucho más que una simple sillar romano.

Origen incierto

Se supone, porque tampoco está certificado, que este reloj solar de 17 siglos de antigüedad llegó al huerto de la casa de Ador procedente de la villa romana del Raconc, situada a dos kilómetros del casco urbano, junto al cauce del río Serpis, de la que salieron numerosas piezas de esa misma época que se exponen en distintos museos, entre ellos los de Prehistoria de Valencia o el MAGa de Gandia.

En 2007, cuando después de muchos años Ador se preparaba para abrir su museo etnológico, la «piedra» recuperó la luz y fue trasladada desde ese huerto hasta una sala de exposición. Allí fue una pieza «romana» hasta que Joan Olivares, alertado por un amigo, le dio la trascendencia que ahora ha cobrado.

Compartir el artículo

stats