Las obras del corredor entre Valencia y Castelló tienen una incidencia directa en el servicio ferroviario, con especial incidencia en el de cercanías. Los usuarios son los principales damnificados, al perder frecuencias y sufrir constantes retrasos. La previsión era que la normalidad se restableciera el pasado 14 de diciembre, pero el retraso de las obras prolonga la afección en el servicio de cercanías.
De 40 trenes diarios por sentido se ha pasado a 25, aunque Renfe ha tratado de compensar este recorte duplicando la capacidad de los convoyes. No se trata de una cuestión menor, teniendo en cuenta que los cercanías mueven de media unos 15.000 viajeros diarios de lunes a viernes. Renfe ha constatado una pérdida de usuarios como consecuencia de las obras. También se han multiplicado las quejas. El mes de octubre y la primera semana de noviembre fueron especialmente críticos, ya que se produjo un desbarajuste de horarios por los continuos retrasos.
La penitencia de los usuarios seguirá unos meses más, hasta que las obras del corredor mediterráneo finalicen. Luego habrá que concretar las nuevas frecuencias del AVE a Castelló y su encaje en este tramo del corredor ferroviario, donde conviven trenes de cercanías, media y larga distancia y mercancías.
El presidente de la Diputación de Castelló, Javier Moliner, anunció hace unos días que pedirá al Ministerio de Fomento compensaciones a los usuarios del servicio de cercanías por la demora en la ejecución de las obras.
