Los padres de los 68.000 escolares empadronados en Valencia que desde este jueves han comenzado a solicitar las ayudas del programa de gratuidad de libros de texto deben comprometerse por escrito a «reponer» los manuales que a final de curso no devuelvan en buen estado a los colegios e institutos. Si no lo hacen no recibirán el primer tramo de 100 euros de la subvención al quedar desestimada su solicitud.

La declaración responsable que obliga a firmar el Ayuntamiento de Valencia a los padres, el llamado Anexo III, incluye el compromiso de «reponer» los manuales escolares que a final de curso no se devuelvan «en condiciones de utilizarse en el siguiente curso».

Este requisito no figura en la orden de la Conselleria de Educación que regula estas ayudas destinadas a la creación de bancos de libros de texto en los centros docentes. La normativa autonómica únicamente establece que los padres que participen en el programa «estarán obligados a procurar un uso adecuado y cuidadoso de los libros de texto con la finalidad de reintegrarlos al acabar el curso y configurar el banco de libros».

Obligación legal

La concejala de Educación del Ayuntamiento de Valencia, María Oliver (Podemos), subraya que el compromiso de la reposición de los libros en mal estado por parte de los padres es una condición impuesta por la Intervención municipal. «La ley de subvenciones te obliga a que la subvención esté supeditada a un fin, que en este caso es la generación de un banco de libros. Entonces el interventor puso como condición el que los padres estuvieran obligados a generar ese banco de libros. ¿Cómo? Con esa redacción, responsabilizándose de su reposición en caso contrario», dijo ayer en la Cadena SER.

Fuentes de la Conselleria niegan cualquier tipo de conflicto o enfrentamiento con el consistorio del Cap i Casal por la introducción de la nueva cláusula de la reposición de los libros. Es más, desde el departamento del conseller Vicent Marzà revelan que «varios ayuntamientos, muy poquitos» han adoptado la misma medida, cuestión que reducen a un mero «tema burocrático al tramitarse la ayuda como una subvención». En todos estos casos, añaden, «estamos trabajando conjuntamente, y con toda la buena voluntad, las dos Administraciones para evitar que se penalice a las familias», añaden.

XarxaLlibres, cuyo coste de 97,8 millones financian a partes iguales Consell, diputaciones y ayuntamientos, lo gestionan estos últimos. Los reparos de la Intervención municipal radican en que la orden establece que se trata de una «compra» de los libros a los padres por parte de los ayuntamientos.

El Colegio de Secretarios, Interventores y Tesoreros de la Administración Local (Cosital) de la provincia de Valencia ya advirtió que tramitar la ayuda como una compra es irregular «al no contemplar la contratación pública el abono anticipado», ya que los libros no se entregan hasta junio.

Al transformar la ayuda en una subvención finalista los consistorios se adelantan a la orden que conselleria publicará en primavera para regular las condiciones en qué se deben devolver los libros. No obstante, Educación ya avanzó que las familias que no entreguen los manuales en buen uso no cobrarán los segundos 100 euros y serán excluidas de XarxaLlibres, por lo que no recibirán gratis los libros del próximo curso. Reponer los manuales en mal estado con la compra de otros nuevos es algo que se exige en autonomías con tradición de bancos de libros como Castilla-La Mancha.