«Nuestros grandes eventos son nuestras fiestas». La aseveración del secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, refleja cuál va ser la política turística del Consell para una legislatura que a nivel de promoción comienza el próximo miércoles en Fitur, la feria en la que se va a constatar el cierre de una etapa. La Generalitat ha enterrado la política de grandes eventos, tras la sangrante y multimillonaria factura que provocó a las arcas autonómicas y, en este sentido, se acabaron eventos como la Fórmula I, el Open de Tenis de Valencia, el Golf de Castellón y, a partir de 2017, la salida de la Volvo Ocean Race de Alicante.
Una competición cuyo coste es inviable actualmente con fondos públicos, por lo que su continuidad más allá de 2020 está a la espera de que se consigan patrocinadores privados. El Consell gastará en el estand de Fitur un total de 625.000 euros, cantidad similar a la de la última edición bajo gobierno del PP, pero que no sólo servirá para Madrid, sino también para el conjunto de las ferias nacionales.
Y en lugar de los grandes fastos, el Consell va a volcarse en esta legislatura y se comenzará ya a ver esta semana en Madrid, en el apoyo a la gastronomía, pero sin excesos, el interior y las fiestas que se celebran en todos los rincones de la Comunitat Valenciana, los congresos y a la profesionalización de un certamen de imagen pero al que la Agencia Valenciana quiere darle un carácter menos folclórico para buscar un perfil más ligado al negocio.
El momento de Fitur
Todo en un momento en el que el propio sector no ha dado, en principio, la espalda a Fitur, como lo demuestra, por ejemplo, que grandes cadenas hoteleras de la Comunitat vean más el negocio en la promoción concreta en mercados emisores que en una feria tan grande que muchas veces la oferta se dispersa. En este sentido, al mismo tiempo que se celebra la muestra madrileña, la cadena benidormense Servigroup, la más grande de la Comunidad, ha optado por centrar su esfuerzo directamente entre sus clientes y a partir del miércoles su personal se desplaza a Manchester. No obstante y pese a los intentos de romper con el pasado, con la «caspa», Fitur es lo que es y tampoco faltará el «tipismo», las muestras gastronómicas -el arroz es insustituible-, la plantà de una Hoguera alicantina o desfiles de los representantes de las fiestas populares que se desarrollarán el próximo sábado por la tarde en los alrededores de la Plaza del Sol.
Fitur llega este año a su 36 edición en un gran momento del turismo y con un aumento del 3% del número de expositores, del 2% de superficie y un 8% más de empresas (9.500), que se distribuirán en ocho pabellones teniendo a Andalucía como socio principal. La feria espera confirmar la misma tendencia al alza en el número de visitantes, y superar los 222.551 asistentes de la pasada edición.
