La iniciativa de la Conselleria de Sanidad de movilizar a los médicos de atención primaria para detectar los posibles casos de violencia de género está dando sus primeros frutos, y son buenos.

Solo en el mes de febrero, los médicos de cabecera detectaron 578 casos de violencia de género y otros 170 fueron diagnosticados como posibles casos. Esto supone una media de 27 casos al día en la Comunitat Valenciana. Son los primeros datos aportados por la administración sobre la experiencia que se lanzó a finales del año pasado y que implica a los facultativos de los centros de salud para realizar un cribado aleatorio a toda mujer mayor de 14 años para la detección de posibles casos a través de un cuestionario. Preguntas con respuesta en un entorno de confianza gracias a las que se espera reducir las cifras de fallecidas por violencia machista.

Los casi 580 casos detectados surgieron de un cribado total sobre 31.678 mujeres. De ellas, 2.513 no quisieron contestar a las preguntas de los sanitarios, y 578 sí confesaron sufrir maltrato de algún tipo. Además, 170 fueron diagnosticadas como posibles casos.

Los resultados se pusieron ayer de relieve en la I Jornada Multidisciplinar en Violencia de Género celebrada en Elx, un evento dirigido a profesionales sanitarios y del terreno de la enseñanza. Allí, la directora general de Salud Pública, Ana María García, aseguró que «en muchos casos las mujeres que han fallecido por violencia de género fueron antes al médico con contusiones, dolores, malestar, y no supimos detectar el problema». Por eso, insistió la responsable autonómica, «es importante dotar a los sanitarios de las herramientas necesarias para diagnosticar los casos, y trasladarlo a los servicios adecuados».

«La violencia de género es un problema de primer orden, que provoca muertes evitables y daños psicológicos de gran impacto en la sociedad», aseguró Ana María García. La Conselleria de Sanidad ha catalogado varios indicios de malos tratos en la consulta del médico que son la distribución central de las lesiones, en cabeza, cuello y boca; la rotura de tímpano; y síntomas neurológicos como pérdidas de audición y visión, cefaleas, entumecimiento y hormigueo.

Señales de alerta

También se pueden considerar indicios los casos en los que la mujer muestra una actitud temerosa, o cuando está evasiva, incómoda y nerviosa ante las preguntas del médico, así como rasgos depresivos, con baja autoestima y sentimientos de culpa no justificados.

Otras alertas pueden ser la falta de cuidado personal; vestimenta que puede indicar la intención de ocultar lesiones; si delante de su pareja busca su aprobación o se siente temerosa de sus respuestas; si la pareja solicita estar presente durante la vista al médico; o si la pareja es muy controladora y siempre contesta él.

Las herramientas metodológicas e informáticas se pusieron en marcha a finales del año pasado pero fue en febrero cuando se lanzó una campaña de concienciación entre los profesionales sanitarios para crear el hábito, y, posteriormente, se pidió la implicación de todos los gerentes de los departamentos de salud para afianzar el programa.

La directora general de Salud Pública, Ana María García, destacó que era «necesaria la multidisciplinariedad de todos los agentes posibles para luchar contra la violencia de género».

De ahí que se pusiera de relieve que, además de la sanidad, la educación también juega un papel muy importante contra la violencia de género contra las mueres, como ayer quedó patente con la visión de expertos que participaron en estas primeras jornadas sobre la violencia machista de Elx.