Las profundas alteraciones en los ecosistemas urbanos, forestales y agrícolas del territorio valenciano registradas en los últimos años han provocado un alarmante descenso en la presencia de determinadas aves, según reflejan los datos obtenidos por los voluntarios del programa Sacre de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife) en colaboración con la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente.
De las 84 especies evaluadas desde 1998 hasta hoy se han detectado «cambios significativos» en su evolución en 49 especies (56%). De estas, 12 estaban en declive (14 %) y 22 en un aumento, con 4 especies en incremento fuerte (4%) y 18 en aumento moderado (21%).
En 15 especies la tendencia es estable (18%) y en 35 especies que representan el 42 % no ha sido posible apreciar tendencias definida.
Por hábitats, las aves asociadas a medios agrícolas descendieron un -23,6%, así como las que prefieren los ambientes arbustivos (-12,8 %) y urbanos (-13,3%). Solo las especies vinculadas a los ambientes forestales experimentan un aumento espectacular, con una subida en el periodo estudiado del 190,8%.
Entre las aves más castigadas por estas alteraciones de hábitats destacan la tarabilla común (-74,94 %), la curruca zarcera (-91,45 %), el alcaudón (-60,72 %), la cogullada común (- 54,42 %), la collalba rubia, el cuervo grande (-67,39 %), el cuco (-52,49 %), el verdecillo (-47,93 %), el mochuelo europeo (-39,73%), la golondrina (-11,71%), la abubilla (-26,75 %) y el gorrión (-22,27%)
Sobre las causas de declive en el medio agrícola, el informe detecta un mayor decremento en especies que dependen de insectos de tamaño mediano y grandes.
Principales causas
«Los cambios en los usos del suelo, el uso de productos fitosanitarios y herbicidas con efectos que hasta ahora eran desconocidos sobre el medio ambiente han provocado una disminución de todos los grupos faunísticos que frecuentan estos medios», asegura el informe.
En el ámbito forestal se ha dado un incremento fuerte que alcanza el 190,8 % a pesar de los incendios, que arrasaron 37.600 hectáreas entre 2011 y 2013. No obstante, existe un amplio apartado dedicado a este ecosistemas donde se vincula el repunte de las aves al aumento de la superficie arbolada provocado, en parte, por el abandono de la agricultura tradicional.
En las zonas arbustivas, es el repetido paso de los incendios el que ha reducido la biodiversidad y comprometido la alimentación de sus especies más habituales.
En los ambientes urbanos, el declive de especies como el gorrión o la golondrina está asociado a la disminución de la disponibilidad de alimento durante la reproducción y la reducción de los lugares de nidificación debido a a desaparicion de huecos en fachadas y tejados.
