La Unidad de Medio Ambiente y Urbanismo de la Fiscalía General del Estado que dirige el fiscal valenciano Antonio Vercher tiene muy avanzado el desarrollo de una aplicación informática destinada a favorecer la identificación policial de las personas que provocan un incendio, ya sea de forma claramente intencionada o mediante imprudencias.
Antonio Vercher matiza que se trata de un programa todavía «en desarrollo», basado en más de 2.000 casos investigados, aunque avanza que «el establecimiento de un modelo predictivo puede ser la gran aportación de este proyecto, además de incrementar la tasa de esclarecimiento de delitos y faltas vinculados a la autoría de los incendios forestales», explica el fiscal.
El programa para definir el perfil psicosocial del incendiario es una iniciativa de la propia Fiscalía de Medio Ambiente, que se nutre de la información acumulada desde el año 2007.
Antonio Vercher admite que se trata de un programa todavía «en desarrollo», hecho en parte con grandes dosis de voluntarismo y con mucho esfuerzo por personas «convencidas de la importancia de la colaboración».
Funcionamiento
El investigador cumplimenta un formulario con los datos del incendio y el sistema le informa inmediatamente del tipo de hecho al que más se parece y de las características principales de las persona que provocan ese tipo de incendio. «Se pueden priorizar sospechosos o enfocar las investigaciones hacia determinados tipos de personas, reduciendo el abanico de posibilidades y gestionando con mayor eficacia los recursos humanos y materiales», añade el informe elaborado por la Fiscalía.
Investigación
El desarrollo de la aplicación esta liderado por un equipo científico de la Sección de Análisis del Comportamiento Delictivo (SACD) de la Guardia Civil y de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.
Un miembro del SACD, Andrés Sotoca, leyó en febrero de este año una tesis doctoral sobre el perfil criminológico del incendiario forestal.
A este autor se debe una de las primeras definiciones del perfil genérico del incendiario en España: «Varón, español, casado, sin antecedentes policiales, ocupado laboralmente en tareas de poca cualificación (en el campo) o jubilado. A nivel educativo tendría unos estudios elementales y viviría en entornos rurales, estando adecuadamente socializado».
«Su domicilio -añade el autor- se encontraría cerca del incendio, en la misma localidad o una próxima. A nivel psicológico, es poco probable que haya estado en tratamiento psicoterapéutico y que consuma algún tipo de droga. Suele actuar en solitario, sin cómplices, y es probable que no haya sido objeto de vigilancia policial antes de su detención, pudiéndose afirmar que no pertenece a ningún grupo relacionado con el crimen organizado», concluye, admitiendo que un perfil tan genérico no ayudaría en tareas policiales -la tasa de esclarecimiento en este tipo de delitos sigue siendo muy baja- y recomendando avanzar en las líneas de investigación abiertas y en definición de los distintos perfiles.
