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El debate sobre la financiación

Ni Aznar ni Zapatero como modelos

La batalla del Consell para cambiar la financiación arranca esta semana con el reto de liquidar los sistemas aplicados bajo mandato del PP y el PSOE

Ni Aznar, ni Zapatero. Más que modelos, contramodelos para la Comunitat Valenciana en materia de financiación autonómica. La conclusión por política que parezca, no lo es. Se sustenta en números que demuestran que los sistemas de reparto de recursos aprobados bajo ambos mandatos han sido extremadamente nocivos para los intereses de los valencianos. Por eso, a las puertas de la Conferencia de Presidentes que se celebrará el próximo martes y en la que se abrirá formalmente el melón del cambio del modelo, chirrían reflexiones como las que dejó en Valencia esta semana el expresidente del Gobierno, José María Aznar. En su encuentro con la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), el exmandatario cargó contra el modelo vigente (el aprobado en la era del socialista José Luis Rodríguez Zapatero) por discriminar a unas comunidades en favor de otras y puso en valor el suyo por el consenso concitado. A más de uno de los presentes se le heló la sangre ya que la mera defensa de una fórmula o de otra suena a broma teniendo en cuenta los rendimientos producidos por ambos sistemas.

Y es que si algo tienen claro los actuales inquilinos de la Generalitat es que sólo podrán lograr éxito en la compleja negociación que se abre este año en la capital si el nuevo reparto de la tarta rompe el status quo que ha pervivido en los últimos 14 años, tanto bajo las siglas del PP como las del PSOE. El modelo en vigor no ha corregido las desigualdades y ha perjudicado a la Comunitat al proporcionar recursos muy por debajo de la media autonómica. El cumplimiento de los principios de suficiencia y equidad en la financiación de competencias ha resultado sencillamente un brindis al sol. Esta verdad resulta incuestionable. La avalan decenas de informes, incluido el último de la Conselleria de Hacienda que hace balance de los modelos, ya en tiempos el bipartito. Ahora bien, los populares errarían si caen en la tentación de salvar de la quema el modedo aprobado bajo el mandato de José María Aznar y que tuvo el impulso del expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que dio nombre al modelo.

El citado informe sobre financiación autonómica presentado por el departamento que dirige Vicent Soler al poco de llegar al Consell muestra cómo el sistema ideado por el PP no fue ejemplar. Este estudio analiza el rendimiento de ambos modelos en el periodo comprendido entre 2002 y 2013 y concluye que dio lugar a un déficit de financiación de 12.433 millones de euros. Bajo la influencia del modelo Aznar (2002-2008) la Comunitat logró 2.100 euros de media por habitante, lo que dejó a los valencianos a 207 euros de la media, situada en 2.307. Teniendo en cuenta que la población media en la C. Valenciana durante estos siete años fue de 4,6 millones, según los cálculos de este diario, el modelo Aznar hizo perder 6.944 millones de euros. Con Zapatero, el rendimiento, como es sabido, no fue positivo.

157 millones más en 5 años

Los cambios introducidos no corrigieron los desequilibrios y la distancia con la media subió a 212 euros en el periodo 2009/20013. En esos cinco años, la población media en la Comunitat Valenciana fue de 5,1 millones de habitantes, por lo que la pérdida llegó a 5.420 millones. El único dato positivo, aunque casi testimonial, fue que el modelo en vigor aportó en este periodo más recursos en términos globales: 6 euros más por valenciano al año, es decir, 153 millones de euros más en cinco años.

El informe de la Conselleria de Hacienda no tuvo en cuenta el ejercicio de 2014 ya que la liquidación del sistema correspondiente a este año se conoció en julio de 2016. En ese ejercicio la distancia con la media se agrandó a 258 euros, según los datos del Ministerio de Hacienda.

En su último informe entregado a las Corts (referido al ejercicio de 2015), la Sindicatura de Comptes cifra en 14.380 millones el descalabro que ambos modelos han supuesto para las arcas autonómicas. El órgano fiscalizador llega en sus estimaciones hasta 2015 y habla de 14.380 millones de euros perdidos por la infrafinanciación. Por primera vez, usa el término de deuda histórica. Y desglosa la cifra en dos partes: 11.131 millones procedentes de la menor financiación entre 2002 y 2015 y 3.249 millones equivalen a los intereses pagados por ese endeudamiento adicional.

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