El juzgado de instrucción número 19 de València ha admitido a trámite una querella criminal presentada por el presidente del Comité Legal para la Lucha contra la discriminación, Abel Isaac de Bedoya, donde denuncia que nueve activistas valencianos habrían cometido delitos de incitación al odio y amenazas durante la campaña de boicot contra el cantante Matisyahu en el marco del festival Rototom Sunspash, en agosto de 2015.

En una rueda de prensa en plena plaza Manises de València, junto a la diputación, una de las instituciones públicas que ha firmado una moción en favor de la campaña promovida por Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS), dos de las denunciadas expusieron ayer su caso. Estuvieron acompañadas por el catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas, quien lamentó que esta querella es “un escándalo jurídico”, ya que se “denuncia a los denunciantes de violaciones de derechos humanos”. También estuvo presente Liliana Córdova, de la red de Judíos Antisionistas Internacional.

En concreto, la querella hace referencia al capítulo 510 del Código Penal, referente a la “promoción e incitación pública a la discriminación y al odio por motivos referentes a la idelogoía, religión o creencias, o subsidiariamente, por lesión a la dignidad de las personas por razones de su ideología, religión o creencias”. La demanda se focaliza en la campaña de Twitter que emprendieron los activistas para que el festival retirara de su cartel la actuación de Matisyahu, músico estadounidense que según el BDS apoya “las violaciones de derechos humanos” del estado israelí.

Según alegan las denunciadas, los tuits hacen referencia al “sionismo” y no a la condición religiosa del cantante, que es judío. “Lo único que hicimos fue decir que cualquier pesona que defiende o colabora con este tipo de crímenes extremistas y racistas no era compatible con el Rototom”, explicó ayer una de las afectadas. "Sabeu que @sunsplash invita a artistes sionistes i els pinta com a pacifistes", rezaba uno de los tuits. La actuación de Matisyahu se llevó finalmente a cabo entre fuertes medidas de seguridad, después de que en primer lugar la organización del festival cancelara su aparición, más tarde le pidiera disculpas y le volviera a invitar y el músico finalmente accediera a aparecer encima del escenario.

Javier de Lucas recordó que desde 1980 las Naciones Unidas aceptan las campañas de boicot y desinversión como medida de presión contra sistemas que discriminan “y se basan en el odio”. Tras la querella, se organizado una campaña de apoyo a los denunciados, que cuenta ya con más de mil firmas en apenas cuatro días.