El personal funcionario de la Generalitat, que ayer secundó el paro convocado por el movimiento internacional de mujeres, podría encontrarse con una sorpresa en su próxima nómina. Y en parte, deberá este recorte al lío monumental que ha supuesto para la Generalitat que el sindicato Intersindical decidiera a nivel nacional hacer coincidir esta convocatoria con una propia con formato de huelga general y por la misma causa.

Aunque en principio el objetivo del sindicato era lograr mayor repercusión para la protesta del movimiento feminista y garantizar los derechos de los trabajadores públicos a secundar el paro, en la práctica, su decisión tendrá consecuencias imprevistas. Además de la posible repercusión en el bolsillo de los empleados públicos, otro efecto es el cabreo monumental que ayer generó en el segundo escalón de la Administración cuando desde algunas subsecretarías se conminó a las direcciones generales a identificar qué personas habían abandonado su puesto de trabajo al medio día para sumarse al paro.

El origen del embrollo está en la petición de Intersindical de la huelga entre las 12.00 y 13.00 horas. Ante tal petición, la Conselleria de Economía se vio obligada a decretar unos servicios mínimos y comunicarlo a los distintos centros gestores. Ocurrió entonces que, en un exceso de celo, responsables de personal de algunas conselleries siguieron el protocolo previsto para estos casos y enviaron circulares para conocer la relación de personas que habían ejercido su derecho a la huelga. La ley establece que la administración debe reflejar esta incidencia en las nóminas, es decir, aplicar una reducción proporcional en el salario en función del tiempo que no se ha trabajado.

Pero la cuestión es que la convocatoria de Intersindical apenas ha tenido repercusión en la opinión pública. De hecho, muchos altos cargos desconocían su existencia y se rebelaron al entender ilógico que el Consell fuera a descontar dinero a sus funcionarios por media hora en apoyo de las mujeres. Se da la circunstancia de que la convocatoria del movimiento feminista planteaba un paro de media hora (de 12.00 a 12.30 horas). La petición de Intersindical era de una hora. La cuestión es que se antoja complicado determinar si quien abandonó su puesto de trabajo lo hizo porque secundaba el paro o la huelga.

En algunos sectores del PSPV se acusaba a Intersindical de ser el responsable del incidente, mientras que algunos altos cargos planteaban que era innecesario que la Administración planteara el descuento en la nómina. Es probable, según fuentes de la Generalitat, que al final no se tome ninguna medida, ya que la imagen de un Consell que apuesta por la igualdad, descontando dinero a su personal por apoyar la causa de las mujeres, resulta difícil de defender.

Es más, ni siquiera todas las conselleries han seguido tan estrictas con el procedimiento.