Nueve meses después de que la grabación con las presiones a la anestesista se hicieran públicas -y convulsionaran el ámbito sanitario por dar a conocer unas prácticas conocidas y cuasi aceptadas- la investigación judicial sobre lo sucedido no tiene visos de resolverse en breve y, con ella, tampoco los expedientes disciplinarios de la Conselleria de Sanidad y del Colegio de Médicos.

El error en la denuncia de la Fiscalía ha retrasado el proceso cuando la localización de la víctima no debería haber sido, sin embargo, un obstáculo mayor. De hecho, Levante-EMV logró localizar a la médico anestesista en apenas unas horas gracias a una simple búsqueda por internet. La facultativo ahora trabaja fuera y prefiere mantenerse al margen de las consecuencias que está generando su grabación. De la conversación privada mantenida con ella, la anestesista solo autorizó a reproducir esta queja: «Lamentablemente los medios de comunicación en mi caso no hicieron más que empeorar la situación de un proceso legal que no compete a nadie más que a los implicados y a las autoridades correspondientes».