El futuro de la dirección de Podemos en la Comunitat Valenciana, que se decidirá en la asamblea del 14 de mayo, se antoja crucial para el futuro de la política valenciana. Un giro de Podemos hacia posiciones más radicales y críticas con el Pacte del Botànic generaría, sin duda, inestabilidad. Y para muestra un botón. Nada más tomar ayer la palabra ayer junto Iglesias, el profesor Héctor Illueca lanzó una andanada al apoyo que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ofrece a la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, respondida por una ovación en el repletó salón de actos de la Facultad de Filología.

En público, la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, reiteró ayer en las Corts una frase ya conocida: «El Botànic está a prueba de bombas», pero en privado hay expectación e incertidumbre por el futuro del socio externo, una vez Montiel abandone la dirección. El secretario general de Podemos aseguró ayer que se centrará en su papel de portavoz en la cámara y que estará a disposición de lo que decida la nueva dirección del partido. Fuentes del entorno de Montiel aseguraron ayer por la tarde que había acudido al acto de Iglesias en València.

Mientras, los portavoces de PSPV y Compromís, Manuel Mata y Fran Ferri, no creen que la decisión de Antonio Montiel de no presentarse a la reelección afecte al pacto del Botànic, un acuerdo que ambas formaciones ven fuerte y positivo para la ciudadanía.

«Al final, el comportamiento de Podemos es el de una fuerza política de izquierda y valencianista y si sigue así el acuerdo no tiene ningún peligro», dijo Mata.

La ya presidenta electa del PP, Isabel Bonig, aventuró que si gana el ala más radical de Podemos la fractura en el Consell está hecha.