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El perfil del fallecido en accidente

El ADN de la parca en la carretera

Un treinta por ciento de las muertes en vías interurbanas se concentra en los meses de julio y agosto, aumentando la tasa en este periodo estival a un accidente mortal cada dos días en tierras valencianas

Flores y velas en recuerdo de Álvaro Cifuentes, el niño de trece años fallecido trasser atropellado en Burriana. C. ripollés

Al igual que el ácido desoxirribonucleico (ADN) permite identificar y diferenciar sin género de dudas a una persona de otra mediante su información genética, cada víctima mortal de un accidente de tráfico es un mundo distinto, vidas truncadas en la carretera que a priori no tienen ni guardarán relación alguna salvo el hecho de engrosar la trágica lista negra de fallecidos en el asfalto. Sin embargo, tras un análisis pormenorizado de las estadísticas de siniestros mortales en vías interurbanas de la Comunitat Valenciana, recogidas por la Dirección General de Tráfico (DGT), se pueden llegar a establecer parámetros comunes en los que la parca hace acto de presencia.

Así, según los datos recabados por Levante-EMV, correspondientes al pasado año 2016, en el que perdieron la vida 116 personas en 109 accidentes en carreteras valencianas, el perfil más repetido es el de un conductor varón, al volante de un turismo, de entre 35 a 54 años, que circula a primera hora de la mañana por una vía comarcal. Según la franja horaria en la que se concentran los siniestros mortales, de 7.00 a 13.00 horas (con un importante bajón a media mañana) y una subida a las nueve de la noche, y teniendo en cuenta que el 57 por ciento de éstos se produce en días laborables, todo hace indicar que un gran número de estas muertes sorprenden a sus víctimas en los trayectos al trabajo o a la salida del mismo.

Una de las víctimas mortales de esas primeras horas de la mañana donde se concentra un mayor número de accidentes fue Ángel Díaz. Este vecino de Montroi de 69 años perdió la vida en un choque frontal en la carretera CV-405, que une Torrent y Montserrat, el pasado 21 de marzo, cuando regresaba de hacer unos arreglos en casa de una de sus hijas. Un conductor de 40 años que acababa de dejar a su hijo en el autobús del colegio y se dirigía a su puesto de trabajo invadió el sentido contrario con su vehículo, un Audi A6. El grupo de Atestados de la Guardia Civil determinó como causa de la colisión un posible despiste de éste, quien sobrevivió y tendrá que convivir ahora con el pesar de haber segado una vida.

Las principales causas

Son precisamente las distracciones al volante la principal causa de este tipo de accidentes mortales, muy por encima del exceso de velocidad. De los 109 siniestros con fallecidos ocurridos el pasado año en las carreteras valencianas, 30 de ellos se ha podido acreditar que el factor determinante fue un simple, y a la postre fatal, despiste. Esto supone un 28 por ciento de los casos. Una velocidad inadecuada (con un 16%) y las infracciones a las normas de circulación (12%) son otras de las causas directas de esta siniestralidad.

Está demostrado que la influencia del consumo de alcohol o sustancias estupefacientes son factores que afectan directamente a la capacidad de conducción y a los reflejos de los conductores, de ahí que también figuren entre otros motivos de este balance negro, aunque por debajo de los anteriormente citados.

Desde Stop Accidentes, asociación que presta ayuda y orientación a los afectados por accidentes de tráfico, reconocen que cada vez la gente está más concienciada respecto al hecho de ponerse al volante de un vehículo después de haber bebido alcohol, pero en cambio no se tiene la misma percepción de las drogas. «Las campañas advirtiendo del peligro de mezclar alcohol y conducción van calando, bien sea por el miedo a ser sancionado o porque realmente la persona es consciente del riesgo que corre su vida y la de los demás, pero por contra el consumo de drogas sigue aumentando», explicó Ana Novella, presidenta de la asociación.

Agentes de la Guardia Civil de Tráfico y policías locales de varios municipios de la provincia, encargados en su caso de la seguridad vial en casco urbano, coinciden en esta visión después de detectar un incremento en el número de positivos a conductores por consumo de sustancias estupefacientes.

Dos aciagos meses negros

Asimismo, por meses destaca el periodo estival donde la tasa de muertes se sitúa en un fallecido cada dos días en la Comunitat (0,55 víctimas mortales diarias). De hecho, en los dos meses de verano, julio y agosto, se producen el 30 por ciento de los siniestros mortales de todo el año debido en buena parte a un aumento en el número de desplazamientos por carretera, según atribuyeron fuentes de la DGT. El pasado año 2016 fue especialmente negativo en este sentido ya que en julio se produjeron 17 víctimas mortales, ocho más que en 2015, y catorce en agosto, seis más que en este mismo mes del año anterior.

Respecto al tipo de accidente más común, las salidas de vía siguen siendo las que más vidas se cobran en carreteras interurbanas con un 42 por ciento de los casos. Especialmente preocupante es el incremento en este último año de las colisiones frontales, que han pasado de 11 accidentes mortales en 2015 a 21 en 2016, según el informe anual de la Dirección General de Tráfico.

Falsos mitos

Estos datos pormenorizados por edades y sexo de los fallecidos también permiten desmontar falsos mitos como que las mujeres conducen peor que los hombres. Así, determinados comentarios machistas como «mujer al volante, peligro constante» no pueden estar más equivocados atendiendo a las cifras de muertas en la carretera. De las 116 víctimas mortales en la Comunitat durante el 2016, 98 eran hombres y solo 18 mujeres. Esta gran diferencia que alguno podría atribuir a que los varones conducen más que el sexo opuesto se desmonta cuando se comprueba que el censo de conductores en España se ha equiparado en los últimos años entre hombres y mujeres.

De igual modo, otro falso mito que queda en entredicho, según fuentes de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana, es que los jóvenes son más imprudentes al volante y provocan más accidentes. Todo lo contrario. Según los tramos de edad de los fallecidos en accidente, la franja comprendida entre los 15 y los 24 años es la menos castigada (dejando a un lado los menores de 14 con dos fallecidos en 2016 ya que solo figuran como ocupantes del vehículo). Así, un 44 por ciento de las víctimas mortales tenían una edad entre los 35 y los 54 años. Asimismo, los más veteranos, desde los 55 años a los ya ancianos también suponen un alto porcentaje con el 36 por ciento.

«Los jóvenes cada vez tienen una mejor formación vial en las autoescuelas, donde no sólo se les enseña a manejar el vehículo sino a tener una buena conducta vial y a la importancia de que se si hace un mal uso un coche puede ser un arma de matar», explica Novella, de Stop Accidentes. Respecto a los motivos por los que se producen tantos accidentes mortales entre conductores más veteranos la responsable de la asociación argumenta que en muchas ocasiones se produce un exceso de confianza. «Te crees con una pericia al volante y una tranquilidad con los años que no es tal. Nunca se le debe perder el respeto a la carretera», remarca.

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