Susana Díaz se estrelló el pasado domingo en las comunidades con un sentimiento de identidad nacional propio. Un repaso a los resultados de las primarias socialistas revela que los peores resultados de la presidenta andaluza se dieron en Baleares, Cataluña, País Vasco, Navarra, Galicia y la Comunitat Valenciana.
La única excepción en esta lista de comunidades malditas para Díaz sería La Rioja, aunque en este caso la explicación vendría por el resultado superior a su media de Patxi López allí. Cuestión de cercanía geográfica con Euskadi.
En el territorio del PSPV, la líder andaluza obtuvo el 28 % de los votos, a pesar de que la dirección se movilizó en su apoyo. En Galicia se quedó en el 27 %. No pasó del 17,8 % en Baleares y del 16,6 % en Navarra, y cayó hasta el 11,7 % en Cataluña y el 7,4 % en Euskadi. En estos últimos cuatro territorios no contó con el respaldo de los cuadros, que respaldaron a alguno de los otros dos candidatos.
La lista coincide con la relación de las llamadas nacionalidades históricas más algunas otras, como la valenciana, no incluidas constitucionalmente en esta categoría pero que cuentan con un sentimiento identitario propio que ha impregnado a las federaciones socialistas.
Los malos datos de Díaz en estos territorios evidencian que, al margen de otros motivos, el discurso de la candidata sobre la España plural no ha llegado.
La presidenta de Andalucía ha sido un muro cuando en campaña le han sacado esta cuestión. Se ha remitido de forma inamovible a la Declaración de Granada del PSOE. Esta propugna una España federal como modelo de organización territorial.
Si en el debate con los rivales y en las entrevistas como aspirante Díaz tenía que hacer frente a esta cuestión es porque las hemerotecas guardan declaraciones contundentes suyas sobre la «irrenunciable» unidad de España.
Al contrario, los datos permiten concluir que el discurso de la España «plurinacional» defendido en las últimas semanas por el ganador de las primarias, Pedro Sánchez, ha sido más creíble en estos territorios, aunque el secretario general (de nuevo) haya tenido sus vaivenes sobre el modelo de país en el pasado.
En el caso valenciano, Díaz ha contado también con el lastre del corredor central ferroviario. Aunque insistió al final en su apuesta por el corredor mediterráneo, unas semanas antes de la campaña el PSOE andaluz llevó al Senado una moción favorable al «ramal central» del corredor. Que la propuesta tenía aristas territoriales lo demuestra que la presentaron socialistas andaluces, manchegos, madrileños y aragoneses sin contar con los del Mediterráneo.
