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Análisis

Ni hacer la ola a Puig ni subir a la de Pedro

Los riesgos para perdedores y vencedores de las primarias limitan las posibilidades de una guerra de poder en el PSPV

Ni hacer la ola a Puig ni subir a la de Pedro

Surfistas y señores de la guerra... Son términos que se han incorporado al vocabulario urgente del socialismo valenciano. El dilema que se ha de dirimir en días es si la ola de la victoria «aplastante» de Pedro Sánchez en las recientes primarias del PSOE alcanza hasta el congreso nacional del PSPV (a finales de julio) y tiene suficiente fuerza para transformarse en una alternativa consistente. Se verá en breve si hay guerra y si hay señores. Al regreso del congreso federal en Madrid habrá dos días para presentar candidaturas.

Pero la batalla, si llega, tiene riesgos para todos. Al líder actual de la federación valenciana y jefe del Consell, Ximo Puig, le interesa bien poco trasladar la imagen de conflicto interno. Un partido en guerra declarada es munición para Isabel Bonig e incluso para los socios del Botànic. Y aunque saliera ganador, corre el peligro de quedar debilitado, a no ser que la victoria fuera abrumadora, circunstancia difícil de imaginar después de perder su candidata declarada (Susana Díaz) en las primarias.

Las amenazas también están al otro lado de la ola. José Luis Ábalos, futuro secretario de organización del PSOE y principal embajador de Sánchez en la C. Valenciana, corre el riesgo de estrenar el flamante cargo con una derrota en su territorio.

No sería la mejor carta de presentación en Ferraz. Invita a pensar que solo dará el paso de impulsar una alternativa (en ningún caso sería él mismo el aspirante dado su futuro cargo a la derecha del líder) de tener las cuentas muy claras, lograr un candidato potable y sentir a los suyos muy desplazados.

Al respecto, el entorno del president asume que ha de hacer cambios de cara a la militancia y ceder buenas piezas en la ejecutiva: la primera, posiblemente, la secretaría de organización. Además, el sanchismo ahora puede alardear de un 70 % de apoyo (el resultado de las primarias), que podría verse reducido en una consulta valenciana.

Así que, si los rencores y las aspiraciones no se desbordan, la lógica aboca a un acuerdo que pacifique el PSPV y lo coloque en buena posición con la futura ejecutiva de Sánchez, en la que se debe notar el poder valenciano. Jorge Rodríguez ya está en esa misión de evitar un conflicto. En las últimas horas ha departido con Puig y prevé hacerlo en breve con Ábalos. Si sale de esta con éxito, el líder le deberá una.

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