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Entrevista | José Luis Villacañas

"Podemos perdió su seña de identidad cuando pactó con IU"

«El partido corre el riesgo de generar tensiones internas que hagan desaparecer su alma», explica el filósofo

José Luis Villacañas (Úbeda, 1955) es uno de los filósofos de referencia de la órbita de Podemos. Sostiene que la rueda de prensa del 22 de enero en la que Pablo Iglesias pedía ser vicepresidente y llevar los servicios secretos, entre otros asuntos, en vez de ofrecer un gobierno de concentración para echar a Rajoy de la Moncloa, fue «el mayor error de la democracia española». Crítico del presente, repasa en El lento aprendizaje de Podemos (Catarata) la actualidad de una formación morada que ve joven aunque con rémoras de la vieja política. Un relato que bebe de los análisis que el catedrático de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrir plasma semanalmente en las páginas de Levante-EMV.

Habla del «lento aprendizaje» de Podemos. ¿Puede ir más rápido una formación que tiene tres años de vida?

Digo que el aprendizaje es lento porque hay dos tipos, que en política son muy difíciles de compaginar. Por una parte, está el de apreciar la realidad, saber leerla, el aprendizaje de la objetividad. Después está el de la subjetividad, que va de administrar las diferencias, las relaciones personales que se verifican en un contexto de lucha. Hay que llevar los dos aprendizajes al unísono, porque si no, se desfigura la realidad. Para mí, Podemos es lento porque aunque haya ganado en objetividad, no lo ha hecho en subjetividad. En quién debe hacer esa política. Podemos tiene una buena lectura de la realidad, ha aceptado que no es partido hegemónico, sino de negociación y cooperación. La política es adecuada, pero no quienes la están haciendo.

¿Cree que cambiarán esos «quienes»?

Hago un llamamiento al reequilibrio. No se puede hacer la política que defendieron los errejonistas, la de aceptar relacionarse con el PSOE y negociar, sin darle a los errejonistas una parte en la dimensión directiva. Es una contradicción. Como ir a una reunión con Sánchez en la que Iglesias esté rodeado de personas que dijeron que jamás llegarían a un acuerdo con el PSOE. No tiene sentido.

¿Podemos llegará a ser un partido hegemónico o quedará como elemento negociador, como ahora en la C. Valenciana?

Ya no vivimos en sociedades hegemónicas. Son demasiado plurales y heterogéneas. Hay muchas dificultades para que una fuerza única pueda recuperar un papel hegemónico, ni siquiera el PP. La pluralidad política del país está asentada. Mientras el asunto de Cataluña no esté cerrado es difícil saber la evolución política de España en los próximos meses y quizá años.

Dice en el libro que no busca identificar responsables con ánimo censor, pero hay nombres y apellidos y pasajes muy contundentes.

Describir una realidad implica identificar a los actores. Si no, no hay aprendizaje. Se tiene que abrir un proceso de reflexión, no de culpabilidad. No estoy condenando a nadie, sino invocando un diálogo. Lo que busco es plasmar una historia de tres años y que no quede disuelta.

De Iglesias cuenta que tiene un estilo y una retórica «propia de una democracia plebeya caudillista». ¿Ha habido alguna reacción a su libro, por parte del mencionado o del partido?

Después de la publicación del libro me invitó al programa de La Tuerka y hemos hablado en varias ocasiones. Es alentador ver la capacidad que ha tenido de decir que es un libro de una historia del presente. Él me ha manifestado, y públicamente también lo ha hecho, que es una opinión a tener en cuenta y que respeta, y que asume en su dimensión crítica. También me invitó a participar en la Universidad de Verano de Cádiz, con Íñigo Errejón, donde apreciamos que la mayoría de los participantes no está por mantener la subjetividad.

¿Cree que ha tomado nota?

Aprecio que Iglesias no gana nada con mantener un grupo demasiado cerrado. Un partido y un líder testimonia su grandeza cuando está en disposición de mediar entre posiciones. La unidad no es homogeneidad. En algún momento ha tenido esta tendencia. En estos momentos creo que es preciso reequilibrar. Será inevitable cuando nos acerquemos a las próximas elecciones.

Hablemos del futuro. En el libro vaticina que Podemos «puede convertirse en el PCE, estéril oposición instalada en la comodidad de la confrontación». ¿Qué habría que hacer para esquivar este fin?

Hay que evitar el destino que ha tenido Izquierda Unida. Solo siendo una fuerza moderna, teniendo la fuerza de intervenir en la política y el estado. Volvemos a la cuestión de Cataluña. En estos momentos todos están engañando. Saben que están mintiendo, mienten sobre el actor que tienen delante. Todo es inestable. El público ve perplejo que no tiene ningún tipo de opción clara a la que seguir. Todo se cubre con teatralidad.

¿Política espectáculo?

En efecto. El tramabús y otras acciones son eso. Iglesias tiene que rebajar la teatralidad, la subjetividad, el acontecimiento y buscar la objetividad, el aprendizaje.

¿Qué le pareció la alianza con Izquierda Unida?

Fue un error por completo. Vi desde el principio que no iba a sumar, iba a restar, porque Podemos era una verdad nueva y pactó con uno de los elementos más arcaicos. Hablamos del bipartidismo, pero en España nunca hubo. El bipartidismo funcionó porque existía IU, porque con su radicalismo verbal legitimaba esas dos opciones como las dos únicas viables. Había un tripartidismo. Podemos perdió su seña de identidad. IU ahora no es nada, ni siquiera Garzón. No tiene futuro político bajo ningún concepto.

Habla de partidos que pierden el alma. ¿La ha perdido Podemos?

Se puede perder el alma por tres caminos: el primero es por tener contradicciones internas, el segundo por traiciones a su ideario, el tercero por vender su alma al diablo. Podemos no tiene peligro en esto último, no se va a entregar por prebendas, ni va a abandonar su ideario de justicia social, pero corre cierto peligro de generar tensiones internas que no estén bien administradas, precisamente por la subjetividad.

En la C. Valenciana no han salido ni errejonistas ni pablistas. ¿Aprenden más rápido?

La victoria de Antonio Estañ y de Óscar Urralburu en Murcia testimonia que Podemos sigue estando abierto a un proceso de aprendizaje. Han ganado los que no han demostrado seguidismo con el centro. Ha habido una manifestación de que las bases están por superar ese dualismo. Es la victoria de una juventud que está en condiciones de mirar las cosas con su propio criterio. Y Madrid tiene que respetarlo.

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