«Donde había llamas, ahora hay brasas». Con esta frase un veterano dirigente del PP resume la situación que se vive en la provincia de València después de que Génova tomara la drástica decisión de disolver la ejecutiva provincial y montar en su lugar una gestora presidida por el diputado nacional Rubén Moreno. En su primer mes de vida la batalla interna desatada a cuenta del congreso provincial se ha adormecido y aparentemente las hostilidades entre los aspirantes en liza (el ya expresidente provincial Vicente Betoret y la portavoz del PP en la diputación, Mari Carmen Contelles) han cesado.
Ambos intentan mantenerse en activos con actos convocados bajo el paraguas de sus cargos institucionales. Betoret, portavoz adjunto del PP en las Corts, organiza ruedas de prensa pero al perder el cargo orgánico ha perdido fuelle. Contelles también ha estado activa, tanto en la diputación, como en calidad de vicesecretaria de organización de la ejecutiva regional, aunque para algunos también estaría ya amortizada. En todo caso, la campaña interna en la que ambos estaban volcados se ha parado en seco, tal como exigió el coordinador nacional del PP, Fernando Martínez Maillo. Solo la tercera en discordia, Maria José Penadés, mantiene cierta actividad interna.
Pero efecto narcotizante que la gestora ha producido en el partido, no se limita, sin embargo, al autocontrol que el PPCV y la dirección nacional impusieron a los aspirantes. La ambigüedad de Génova respecto a si autorizará o no el congreso provincial ha hecho que en el partido se dé por hecho que la espera va para largo. La gestora trabaja sin plazos y su objetivo es calmar al partido y transmitir que el proceso orgánico interno ha pasado a segundo término.
Tal como reveló Rubén Moreno en una entrevista a Levante-EMV, se ha descartado que los congresos locales se celebren antes del provincial, una posibilidad que el PP regional estuvo barajando. Moreno indicó que alterar el orden de los congresos podría chocar con los estatutos regionales y que por prudencia se optará por esperar. Dado que nadie se atreve a afimar si habrá o no congreso provincial, la posibilidad de que el PP llegué a elecciones sin culminar su proceso de renovación interna es muy alto. Por eso, la gestora está manteniendo reuniones con dirigentes locales para indicarles que deben olvidarse de las cuestiones internas y centrarse en su labor de oposición.
La búsqueda de cabezas de cartel para las municipales es independiente de la renovación de las ejecutivas. La confección de listas corresponde al comité provincial, pero en su defecto la regional tomaría la decisión. En el caso de València; el principal foco de conflicto, la decisión es de Génova.
Aunque prácticamente sin publicidad, los miembros de la gestora están teniendo una agenda activa. Esta semana han anunciado una ronda de reuniones comarcales, pero desde hace semanas se celebran reuniones en la sede de la gestora o en los municipios. La gestora, además, quiere controlar todas reuniones comarcales.
La opinión generalizada es que las tensiones se han disipado, si bien muchos municipios quieren que se desbloqueen los congresos. Algunas dirigentes comarcales avisan del riesgo de llegar a unas elecciones sin liderazgo provincial y sin las estructuras renovadas. Estas voces creen que la gestora no puede suplir eternamente una dirección provincial que mantenga viva la maquinaria del partido.
