A los socios del PSPV en las Corts, Compromís y Podemos, la música de que el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, impulse la reforma del modelo de financiación les suena, pero ninguna de las dos formaciones se fían de las palabras del ministro tras la reunión del lunes con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig.

«Es el día de la marmota», dijo ayer el síndic adjunto de Podemos, César Jiménez. Su jefe de filas, Antonio Estañ, remarcó que él no es tan optimista como el presidente Puig respecto a que se produzca la reforma antes de fin de año.

Por su parte, el portavoz del PSPV, Manolo Mata, señaló que quería creer que el compromiso es firme y destacó el hecho de que la reunión de Montoro fuera con Puig, porque la Comunitat Valenciana se encuentra en la centralidad, no es radical y reivindicativa pero pone sobre la mesa con la infrafinanciación cómo se rompen las costuras del Estado autonómico, explicó Mata en las Corts.

El portavoz de Compromís, Fran Ferri, dijo que su partido nunca se fía de la palabra de Montoro tras su actuación en los Presupuestos Generales del Estado y en el sistema de financiación, que se podía haber revisado desde 2014, por lo que le preocupa que el ministro esté jugando a decir ahora que sí para luego decir no.

En este punto, el portavoz de Compromís tampoco tiene claro que el hecho de que se aprobara un nuevo sistema de financiación sea necesariamente bueno para los valencianos y recordó que el modelo se revisó en 2003 con Aznar y en 2009 con Zapatero y no solucionó ningún problema para los valencianos que siguieron en ambos casos financiados por debajo de la media de España.

Mientras, la portavoz del PP, Isabel Bonig, consideró que la reunión entre Montoro y Puig es positiva porque acaba con el victimismo y dijo que el problema del jefe del Consell lo tiene con Compromís, formación que evitó apoyar el techo de gasto, señaló.