Detrás del diseño de las ciudades, de las redes ferroviarias, carreteras, paseos marítimos, espigones, puentes o intervenciones fluviales siempre hay una o un ingeniero de caminos que ha ideado la mejor solución para hacer la vida más fácil a las personas. Y València lleva cincuenta años generando cantera a través de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (ETSICCP). Más de 7.000 egresados o tituladas se han formado durante cinco décadas en sus aulas gracias al trabajo, el tesón y la vocación de 800 profesores. Una efeméride que los responsables de la Escuela de Caminos quieren celebrar como se merece. Y para la que también estrenan marca, «Caminos UPV», para adaptarse a los tiempos modernos.
El actual director de Caminos UPV, Eugenio Pellicer, explica que «el periodo de la conmemoración deseamos que se extienda entre octubre de 2017 y el mes de octubre de 2109, con una fase central de actos en el año 2018, que tengan presencia tanto exterior para darnos a conocer a la sociedad como internos» para promover «encuentros de titulados, dar a conocer la labor de nuestros profesionales y organizar actos temáticos sobre ingeniería hidráulica, de transporte y logística, infraestructuras lineales, urbanismo y ordenación del territorio, sostenibilidad e ingeniería ambiental y planificación y gestión de la ingeniería civil».
Porque además de celebrar el pasado, Caminos UPV también quiere mirar al futuro. Un futuro que pretenden que sea más femenino. «Desde hace quince años el porcentaje de mujeres que estudian ingeniería de caminos es el 30% del alumnado, pero queremos que aumente». Para estimular las vocaciones e inocular el virus de la pasión por la ingeniería civil, los responsables de Caminos UPV organizan visitas guiadas a las instalaciones de la escuela técnica superior para alumnos y alumnas de institutos y también preparan un vídeo para captar futuros estudiantes entre los chavales y chavalas de 14 o 15 años.
Actualmente un total de 1.200 alumnos estudian alguno de los dos grados, de Ingeniería Civil o de Obras Públicas, que implantó el Plan Bolonia. Una cuarta parte de estos estudiantes realizan alguno de los cuatros másters que oferta la Escuela de Caminos: de ingeniería de caminos; de transportes, territorio y urbanismo; ingeniería ambiental; y planificación y gestión en ingeniería civil.
Sobre todo pretenden, explica el director de Caminos UPV, Eugenio Pellicer, «potenciar el máster para atraer a alumnos del exterior». Y también facilitan la doble titulación. «En dos años y medio puedes obtener dos másters», apunta Pellicer. Una oferta que se detalla en el tríptico que han elaborado sobre los másteres de la ETSICCP de València. «El máster en ingeniería de Caminos, Canales y Puertos está estructura en cuatro semestres. Si cursas este máster puedes obtener la titulación en los de Planificación y Gestión en Ingeniería Civil o Ingeniería del Hormigón cursando tan sólo un semestre más, frente a los dos semestres de duración habitual».
Actualmente, la Escuela de Caminos «cuenta con más de 4.000 m2 de cuatro modernos laboratorios de modelos reducidos de presas, cursos de ríos, simulación de oleajes, estructuras, caracterización de materiales y del terreno o análisis de aguas».
Creación de la escuela en 1968
Unas instalaciones muy diferentes a cómo fueron los inicios, a finales de los años sesenta del pasado siglo, en barracones prefabricados. El germen de la actual Universitat Politècnica de València (UPV) se creó mediante un decreto del Ministerio de Educación, del 24 de octubre de 1968, firmado por el dictador Francisco Franco, que regulaba la organización del Instituto Politécnico Superior de València (de ahí que los más veteranos le sigan llamando «el Poli») que albergaba las Escuelas de Caminos, Industriales, Arquitectura e integrando la de Agrónomos, que ya existía.
La Escuela de Caminos de València fue la tercera que se puso en marcha en España (Madrid y Santander fueron las dos primeras). Barcelona fue la cuarta. El primer curso que se impartió fue el de 1968/69, «con un plan de estudios experimental». El primer director fue el jefe de carreteras de la Diputación de València, Vicente Delgado de Molina. Y los profesores eran profesionales de la administración salidos de la Confederación Hidrográfica del Júcar («la que más docentes aportó», según Pellicer), el Ministerio de Fomento y la Diputación. Hasta los años 50 los estudiantes de ingeniería engrosaban directamente la administración del Estado.
Durante los primeros años académicos de la Escuela de Caminos, los estudios eran cursos semestrales (se impartían un total de diez semestres) y Caminos «compartía asignaturas con Arquitectura, Ingeniería Agronómica e Industriales». En el curso 1975/76 «se definió un nuevo plan de estudios que distribuyó en seis años las materias» y que estaría en vigor hasta 1997/98 «cuando comenzó el Plan Integral de Estudios de Ingeniería Civil» para vertebrar la titulación de Caminos con las de Obras Públicas y Ciencias Ambientales «como ocurre en los mejores centros universitarios internacionales». Hasta el curso 2010/11 en el que el Plan Bolonia introdujo los grados y másteres en la vida de los universitarios del siglo XXI.
Durante todos estos años la Escuela de Caminos ha logrado «el reconocimiento de la agencia americana ABET (Acreditation Board for Engineering and Technology) por el que se equipara a los estudios impartidos en Estados Unidos», explica el director Eugenio Pellicer. Tambíen ha logrado el «sello de calidad europeo EUR-ACE que reconoce el cumplimiento de los altos estándares de calidad en el Espacio Europeo de Educación Superior», añade el docente.
Fruto de esta constante búsqueda por la excelencia, la Escuela de Caminos también permite a sus alumnos completar la formación en alguna de las más de 70 universidades extranjeras con las que tiene acuerdos de movilidad: Francia, Alemania, Reino Unido, Italia, Finlandia, Austria y Estados Unidos. También se puede optar a alguno de los seis dobles diplomas con universidades europeas de Francia, Reino Unido, Italia, Bélgica y Dinamarca. O cursar asignaturas en inglés y obtener el B2 al finalizar un grado en la Escuela de Caminos.
