Los peajes de las autopistas se incrementarán por primera vez en cuatro años el próximo 1 de enero. En los tres años anteriores no habían ido al alza en virtud del acuerdo alcanzado en 2002 entre el Gobierno y las concesionarias de estas vías, desde entonces que liga la oscilación de las tarifas a la evolución del Índice de Precios al Consumo (IPC). Esto supuso que en 2015 se congelaran y que en los dos ejercicios siguientes se aplicaran reducciones del 0,4 y 0,6%. Sin embargo, la coyuntura actual hace que para 2018 se produzca un aumento del 1,91%.

Así lo indicaron fuentes del sector hace unos días. Llevado esto a la Comunitat Valenciana, y a la espera de que se conozcan las tarifas definitivas -algo que previsiblemente no se conocerá hasta los últimos días de este año-, la subida anunciada del 1,91% supondrá que hacer el recorrido entre Alicante y València por la costa se incremente en torno a 30 céntimos para los vehículos ligeros y pase a costar 17,30 euros; en función de cómo se aplique el redondeo, el alza podría ser de 35 céntimos. Mientras tanto, los conductores que desde Sagunt quieran desplazarse a Castelló tendrán que pagar 6,70 euros -10 céntimos más- o a Barcelona tendrán que abonar 36,83 -68 céntimos más- Asimismo, el trayecto desde Benidorm hasta Valènciasubirá unos 25 céntimos, y alrededor de 10 en el caso de los desplazamientos a Alicante.

La AP-7, de forma paralela al resto de autopistas de peaje españolas, comenzó a perder tráfico de forma notable a partir de 2008, con la crisis económica, hasta tocar fondo en 2014. La finalización de la autovía por Alcoi ha contribuido a que muchos viajes de largo recorrido no se hagan por la autopista, pero las comarcas del litoral norte de Alicante y sur de València están en la práctica obligadas a hacerlo, puesto que la alternativa es la N-332, una carretera con una gran densidad de tráfico -similar a la autopista en algunos tramos- y con travesías que son auténticos tapones, como las de Altea y Oliva, que no desaparecerán a corto plazo. Por ello, en estas comarcas está la vista muy puesta en el final de la concesión de la autopista, para lo que quedan exactamente dos años. Al inicio de 2020, la AP-7 pasará a ser gestionada directamente por el Estado, pero eso, tal y como ha dejado entrever ya el Gobierno, es probable que no implique que la autopista vaya a ser gratuita.

De hecho, no sería la primera vez que esto ocurre; es más, muy pronto volverán a darse varios casos así. Y es que el para el 15 de enero está previsto el rescate de nueve autopistas que se encuentran en quiebra, todas ellas de reciente construcción, entre las que se encuentra la circunvalación de Alicante. A partir de entonces, el Estado las explotará de manera directa, hasta que se saquen de nuevo a concurso, algo para lo que no se espera que transcurra mucho tiempo. El pago de peajes, en cualquier caso, se mantendrá mientras tanto.