La inclusión de un ramal del Corredor Atlántico hasta Zaragoza por parte de la Comisión Europea intensificará la dura pugna que mantienen desde hace décadas los puertos de València y de Barcelona por ser el punto de salida marítimo de las mercancías del gran nudo logístico que supone la capital aragonesa. Los empresarios valencianos y la Autoridad Portuaria de València (APV) son conscientes de ello y, además, han encontrado un fuerte aliado en la patronal aragonesa para apremiar al Gobierno central a que agilice las mejoras en la línea Sagunt-Zaragoza que, debido a sus carencias, se ha convertido en un verdadero obstáculo. «El Puerto de València es muy interesante para la industria aragonesa», reconocía ayer a Levante-EMV el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales de Aragón (CEOE Aragón), Fernando Callizo.
Zaragoza, ubicada a mitad de camino entre Madrid y Barcelona, siempre ha sido un centro logístico idóneo por su conexión por tren y por carretera entre las dos principales ciudades de España. Ahora, el anuncio de la inclusión de la capital maña en el pasillo ferroviario hacia Francia y la cornisa cantábrica aumenta todavía más su atractivo. Sin embargo, Zaragoza no cuenta con una salida por mar. ¿Cuál es su «puerto»? Se trata de una larga pugna entre Barcelona y València, en la que por las pésimas condiciones del enlace entre Sagunt y Aragón, la región del Turia parte en inferioridad. ¿Cuál es la incógnita que podría cambiar el resultado de la ecuación? La mejora de esa conexión ferroviaria entre la ciudad romana y Zaragoza que, además, permitiría culminar el eje cantábrico-mediterráneo.
Actualizar la línea Sagunt-Teruel
Los empresarios valencianos son conscientes de ello y, por eso apremian al Gobierno central para que cumpla su compromiso de invertir 335 millones de euros en la línea en los próximos cuatro años. Pero además cuentan con un gran apoyo: el de sus homólogos aragoneses, que ven también una gran oportunidad en los puertos de Sagunt y de València para dar salida a sus mercancías. Y, por supuesto, también son sabedores de que para poder hacerlo «es absolutamente imprescindible la actualización de la línea Sagunt-Teruel-Zaragoza», en palabras de Callizo.
«Muchas empresas aragonesas han intentado usar esa vía para llevar sus mercancías, pero sus condiciones actuales son un lastre por lo que toman otras opciones. Aún así, para nosotros es primordial el intercambio fluido de mercancías entre Aragón y Sagunt», aseguró el máximo dirigente de la patronal aragonesa. «Si la línea presentara unos tiempos y servicios acordes al siglo XXI aumentaría la demanda de trenes de mercancías y se fomentaría la importación de productos aragoneses», añadió Callizo.
Un informe realizado por la empresa TRN Ingeniería y hecho público el año pasado por la Confederacion Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) aseguraba que la demanda de trenes de mercancías por esta vía podría alcanzar el centenar semanal si estuviera en las condiciones adecuadas, cuando se han perdido hasta 18 trenes semanales en los últimos cinco años por culpa de la falta de inversión.
Promesas de Fomento
Por su parte, los empresarios valencianos, con las mejoras reclamadas y la inclusión del ramal a Zaragoza del Corredor Atlántico, además de las mercancías procedentes de Aragón -donde tiene un gran peso el sector del automóvil por la presencia de Opel- culminarían también un ansiado objetivo: alcanzar la conexión con los puertos de la cornisa cantábrica.
El camino para lograr tal fin, no obstante, no se presume fácil. El Ministerio de Fomento se comprometió a invertir 335 millones de euros hasta el año 2022, pero todavía están sin presupuestar, si bien es cierto que el presidente de Adif, Juan Bravo, aseguró que su administración cuenta con fondos para asumir esa inversión en caso de que hubiera que prorrogar los Presupuestos Generales del Estado. Sí que se ha mojado claramente la Autoridad Portuaria de València, que sabe de la oportunidad que tiene entre manos y anunció en verano que aportará 53 millones de euros de sus arcas a iniciar las mejoras oportunas.
La línea en cuestión cuenta con numerosas deficiencias, como una vía única sin electrificar, fuertes rampas o múltiples limitaciones de carga a 20 toneladas/eje, de velocidad o de longitud de los ferrocarriles. De momento, esta misma semana se han finalizado las obras de comunicación del sistema tren-tierra en toda la línea, lo que desde la patronal valenciana se ve como una buena declaración de intenciones por parte de Fomento.
