Simon Manley ha agotado su mandato de cuatro años en España y ha solicitado una prórroga de un año más. Licenciado en Oxford y formado en Yale (Estados Unidos) habla español con un ligero deje latino porque lo aprendió en Estados Unidos, «en Puerto Rico», bromea. Su mujer es de origen catalán, pero explica que se conocieron en Suiza y, como resultado, hablan francés en la intimidad.
Manley subraya aspectos claves de la cooperación bilateral entre Reino Unido y España en materia de seguridad o de investigación científica. Porque Brexit, el referéndum en que los británicos apostaron por desasirse de sus lazos con Bruselas, no implica el fin de la historia común entre ambas naciones. «El Reino Unido ha dejado la Unión Europea pero no se ha ido de Europa», sentencia.
Cinco mil investigadores españoles trabajan en el Reino Unido. ¿Cómo les va a afectar Brexit?
Ya está acordado con la Unión Europea que todos los proyectos de investigación financiados hasta 2020 se mantendrán tal cual. Los cinco mil investigadores españoles que trabajan en el Reino Unido no tienen nada que temer. Estamos muy orgullosos de su presencia y esperamos que Brexit no afecte a nuestros programas de investigación.
¿Será posible?
Nosotros tenemos las dos mejores universidades del mundo, Oxford y Cambridge. Y colaboran con las unversidades de Madrid, Barcelona o València. Confiamos en que esa colaboración bilateral se mantenga viva.
¿Vale lo mismo para los jubilados británicos en España?
Confiamos en que el acuerdo que firmamos con la Comisión Europea en diciembre. Ha quedado acordado el acceso al sistema de salud y de Seguridad Social. El próximo paso será cómo llevamos a cabo ese acuerdo con el Estado español y con las comunidades autónomas.
¿Tiene usted que negociar con el Estado español y luego con cada comunidad autónoma?
Afortunadamente la clave de la negociación es con la Comisión Europea, no estamos negociando con 27 estados miembros a la vez. En una segunda fase, una vez que se haya alcanzado un acuerdo con el conjunto de la Unión Europea, tendremos que ver cómo se desarrolla todo eso en el ámbito nacional y, luego, a nivel regional o autonómico.
¿Está claro el calendario de la negociación?
Sí. Y no hay tanto tiempo. Vamos a salir de la Unión Europea en marzo de 2019. En la próxima cumbre de marzo de este año esperamos llegar a un acuerdo definitivo sobre el periodo de transición y hasta donde nos debe conducir ese tránsito. Y en octubre esperamos pactar cuál va a ser exactamente la relación del Reino Unido con la Unión Europea.
¿Qué enseñanza puede ofrecer el Reino Unido a España en relación con Cataluña después de la experiencia del referéndum de independencia en Escocia?
No tiene nada que ver. Nuestra historia es otra y una gran diferencia es que los británicos no tenemos una Constitución. Nuestra posición respecto a Cataluña ha sido muy clara desde el principio. Como el resto de países europeos, los británicos hemos considerado que lo importante era el respeto al Estado de derecho que sustenta la democracia, el respeto a la Constitución Española y que se guarde la unidad de este país.
El Reino Unido es un sólo Estado pero tiene cuatro selecciones nacionales de fútbol. ¿Cree que si Cataluña tuviera su propia selección se relajarían un poco las exigencias nacionalistas?
(Risas). No lo sé, no lo sé. Nuestro fútbol es un resultado de nuestra historia. Somos un Reino Unido, resultado de la fusión de Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte.
¿Cómo es la relación con España en materia de seguridad?
Es clave. Enfrentamos las mismas amenazas. Es imposible defender la seguridad nacional de nuestro país si no trabajamos con nuestro socios europeos. En 2017 sufrimos cinco atentados, algo desconocido desde hace años.
