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Entrevista

Arcadi Espada: "Respetaré si un tribunal dice que Camps es corrupto, pero nadie ha demostrado nada"

"El problema del periodismo es que Álvaro Pérez es más fiable que el Supremo", afirma el periodista y escritor

Arcadi Espada (Barcelona, 1957). jesús ubera

«Decidí escribir el libro la primera vez que vi en persona a Francisco Camps». Fue en el restaurante El Encuentro, de València, poco después de la dimisión del expresidente de la Generalitat. El autor del libro, Arcadi Espada, periodista y escritor con tendencia a ir a la contra, tuvo la certeza con solo aquella cena de que los famosos trajes de Camps no eran un regalo del «amiguito del alma» de la Gürtel. «Era muy fácil para él decir que fue un regalo sin más importancia, pero no», alega sobre «el buen tío».

P Critica la adjetivación de la verdad, eso de la verdad judicial. ¿Usted sabe la verdad, sin adjetivos, del caso de los trajes?

R Sin lugar a dudas. Estoy convencido por los hechos. Sabrá usted que es cosa juzgada.

P Pero Álvaro Pérez decía en el Congreso hace poco que él no iba a desmentir la verdad del Supremo. Dejaba un halo de duda...

R ¿Sí? ¿A usted le parece más fiable Álvaro Pérez que el Tribunal Supremo? ¿Sabe cuál es el problema del periodismo español? Que los halos y las auras del señor Álvaro Pérez son más fiables que un auto del Supremo. Ahí está resumido mi libro.

P Lo que tenemos en este momento, según las confesiones en la Audiencia Nacional de nueve empresarios, el ex secretario general del PPCV Ricardo Costa y los jefes de la Gürtel, es que el partido pagó actos electorales con dinero que los empresarios daban a la trama como peaje para ser bien tratados en contratos públicos. ¿No es suficiente para poner en duda que quien era presidente del PP valenciano en ese momento sea un buen tío?

R Mire, quien llama un buen tío a Camps es el juez Flors. Es el aspecto anecdótico de la cuestión. El más importante es que en un Estado de derecho todo el mundo tiene derecho a ser considerado una buena persona hasta que los hechos demuestren lo contrario. El señor Camps lleva una cacería judicial de muchos años y nadie ha demostrado todavía nada sobre él. Y menos que nadie esas acusaciones como las de los señores Costa o Pérez, que cualquier periodista de verdad debería despreciar porque no traen pruebas que las sustenten. Con respecto a la responsabilidad política como presidente del PPCV, esta no la decide ningún diario, sino los electores. Por último, la primera obligación de un estatafador es engañar a sus superiores. El señor Costa por lo que parece engañó muy bien al señor Camps, porque le hizo creer que las cuentas eran favorables y no lo eran.

P Entonces, ¿cambiará de opinión si Camps es condenado por corrupción en algunas de las tres causas en las que en este momento está investigado?

R Seré una persona profundamente respetuosa con cualquier tribunal que diga que Camps es un corrupto. A día de hoy, del caso de la Fórmula 1 puedo asegurar que no hay ninguna posibilidad de que un tribunal decente llegue a condenar al señor Camps y ni siquiera a procesarlo. Este caso daría para hacer Un buen tío II por lo que sé. Sobre la visita del Papa, si imputan a Camps como presidente de honor, que la jueza no detenga ahí la responsabilidad, que tire más arriba y llegue a Dios.

P Usted que tiene trato directo con Camps. ¿Cree que sigue sin entender siete años después por qué le echaron de «la sala de máquinas del mundo»?

R Él se fue. Pudo haberse conformado y haber asumido una culpabilidad que era falsa, y no lo hizo. Y se marchó.

P ¿Cómo describiría al personaje? Habla de un «político inteligente, trabajador y honrado». ¿No ve una tendencia a las ansias de grandeza?

R Yo he conocido al señor Camps como perdedor. No lo he conocido en esa inexorable arrogancia que trae el poder muchas veces. No sé si le pasó eso. Sí que se equivoco en afrontar como lo hizo el asunto de los trajes. Hubo algo no solo de la arrogancia del inocente sino también de la de quien cree que es un asunto menor. Yo he conocido a otro Camps, a alguien que está muy por encima de la media de los políticos valencianos y españoles.

P ¿Sabe qué pasó con los investigados que se declararon culpables en el caso de los trajes: Víctor Campos y Rafael Betoret? ¿Alguien les engañó?

R Conozco los hechos. Parece que les regalaron algunos algunos trajes, que no es el caso del señor Camps.

P Critica cuando la creencia del fiscal se apodera de los hechos. ¿Eso no vale para el caso del desafío independentista catalán?

R Vale para todo. Lamento, y todo el mundo conoce mi posición política, que en el relato sobre la supuesta corrupción de la familia Pujol no ha aparecido apenas la defensa. Me parece una injusticia. Porque la justicia se dirime más en los tribunales mediáticos que en cualquier otro lugar.

P Cuando sostiene que la noticia es más fuerte que la verdad, ¿descree del periodismo?

R ¿No ha experimentado nunca que la realidad no sea como nos gustaría, que le falta un pedacito para ser una historia perfecta? En las novelas siempre llega, pero los que nos dedicamos a la verdad no tenemos ese pedacito.

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