Se esperaba más de los vientos del suroeste, que encuentran en la Serranía de Cuenca un último obstáculo que potencia las precipitaciones. En las últimas dos semanas- entre el 26 de febrero y el 12 de marzo- los embalses de la Cuenca del Júcar han ganado 63,5 gigalitros de agua (hectómetros cúbicos) aunque a día de ayer, los 961,7 gigalitros embalsados apenas representaban el 28,3 % de la capacidad de los pantanos. El déficit hídrico se mantiene pese a las lluvias.
El volumen embalsado en el año actual es un 24 % menor que el del año anterior en estas fechas, cuando había 1.265 hectómetros para garantizar los abastecimientos y el regadío.
Los embalses más beneficiados por la entrada de sucesivos temporales de lluvia han sido los de Alarcón y en menor medida Contreras, cuya situación de partida era muy deficitaria, con el 10 % de su capacidad teórica de almacenamiento
Las precipitaciones apenas han tenido impacto por el contrario en embalses como el de Tous, que ha ganado 10 hectómetros en estas dos semanas, o Sichar, situados más cerca de la costa y donde no han llegado las precipitaciones.
La esperanza de una recuperación sostenida de los embalses se basa en el importante aumento experimentado por los caudales de los ríos y por la reaparición de algunas fuentes y manantiales que permanecían secas.
El Júcar, en San Lorenzo de la Parrilla, en la entrada del embalse de Alarcón, mantenía un caudal de 40 metros cúbicos por segundo procedente de las escorrentías generadas por las lluvias en la Serranía.
En Contreras, los ríos Cabriel y Guadazaón también estaban inyectando en el citado embalse algo más de 25 metros cúbicos por segundo, aunque este caudal apenas ha hecho variar el nivel observable desde la A-3 o la línea de alta velocidad
