El todavía gerente del departamento de salud de la Ribera, Javier Palau, ha defendido esta mañana los «excelentes indicadores asistenciales y de calidad», con los que se entregará el hospital de Alzira a la Conselleria de Sanidad cuando se complete este domingo, día 1 de abril, la reversión del área de salud a la gestión directa tras 18 años en manos de la firma Ribera Salud.

Para Palau, la decisión de no prorrogar el contrato firmado en 2003 era «poco brillante» ya que devolvía el departamento a un modelo «tradicional y conservador» de hace 20 años, «que ha evolucionado lo que ha evolucionado. Desde mi punto de vista es un paso atrás», ha añadido en una comparecencia que quería servir de despedida pero también de defensa de lo realizado en estos año.

En este sentido, Palau ha desgranado los indicadores actuales de Alzira como la menor lista de espera quirúrgica o el menor tiempo de hospitalización «extraídos de la base de datos de la conselleria», para mostrar que, por parte de la empresa gestora «se ha cumplido». «Todo se ha truncado por la finalización del contrato, se podría haber hecho otro concurso, rehacer el modelo, estudiarlo más a fondo y ver qué ventajas aporta y que hubieran coexistido», ha asegurado Palau.

"Nos vamos a gastar un 30 % más para conseguir un 30 % menos"

El gerente ha insistido en que no se ha hecho una comparación «seria» y que la decisión había sido «política» incluso tras tener sobre la mesa el informe de la Sindicatura de Comptes «que apuntaba a un ahorro de entre un 20 y un 25 %». En este sentido, el gerente ha desvelado que «alguien muy importante de la conselleria», les dijo en una reunión «'ya sabemos que nos vamos a gastar un 30 % más para conseguir un 30 % menos'. No deja de ser una decisión política», ha dicho, sin querer desvelar el nombre del responsable político en cuestión.

«Ha sido tomada sin tener en cuenta ningún criterio técnico y solo fundamentada en el sectarismo», ha añadido. Pero el modelo Alzira «no se acaba con Alzira, continúa aquí y fuera de nuestras fronteras».

Sobre el clima de tensión vivido este último año con la conselleria, Palau ha echado en falta «que no hayan contado más con nosotros» y que las cosas se hayan hecho de una manera «no especialmente elegante» incluso con «calumnias» como la que asegura ha sido la denuncia de los trabajadores de desaparición de carpetas corporativas que ha sido motivo de inspección por la administración y que incluso los empleados han llevado ante la Policía. Palau ha adelantado que ellos también están haciendo una investigación interna ya que entienden que esta desaparición solo puede obedecer a «un error de los trabajadores intencionado o no».

Sobre el rosario de cuestiones que se han llevado a los juzgados, el gerente ha asegurado que se han «defendido con armas similares» a las utilizadas por la Conselleria de Sanidad y que habían ido a los juzgados a defender «lo que consideramos justo». Sobre las denuncias presentadas, Palau aventuró que pronto podrían haber nuevas imputaciones y que colaboradores del comisionado como Carles Mayordomo -investigado por unas declaraciones sobre la reversión- «a lo mejor no es el único, en próximos días sabremos algo».