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Un millar de aves impactaron en los motores de los aviones

Aunque todavía no están cerrados los datos globales de incidentes que tienen que ver con el transporte aéreo en España del año pasado, sí que se puede recurrir a la memoria de 2016 para tener una referencia. En dicho año se comunicaron 25.048 incidentes al Sistema de Notificación de Sucesos (SNS), de los que 5.711 guardaban relación con la navegarión aérea. De ellos, el Ceanita abrió 108 expedientes, 72 menos que el año pasado. La mayoría de las notificaciones (16.786) se consideraron leves; un 31%, significativas (7.625), y un 1 %, mayor (243), mientras que 61 constituyeron accidentes y 31 incidentes serios.

De los sucesos comunicados, 3.858 tuvieron que ver con los servicios de la gestión del tránsito aéreo. Les siguieron de cerca los problemas con las infraestructuras y la gestión de los aeropuertos (2.985) y los relativos a la gestión del vuelo y la aeronave (2.947).

También llama la atención el elevado número de los golpes de aves (2.390). Un elevado número de estos impactos se producen en los motores (44 %) y alas (31 %) y la mayoría de las colisiones, nueve de cada diez, se registra en las maniobras de aterrizaje, despegue o aproximación, a menos de 500 pies de altura. Unos impactos cuya reparación puede costar desde los 16.000 ? de un álabe del motor hasta varios millones si hay que sustituir el propulsor o cerca de cien mil por un parabrisas de un reactor. Al margen, lógicamente, de los problemas que pueden generar en operaciones tan sensibles como las del aterrizaje o despegue.

El informe también recoge 697 casos de aviones que realizaron la aproximación a la pista de forma desestabilizada, mal alineados a la pista, con una velocidad de descenso fuera de los parámetros. A estos incidentes hay que sumar 114 contactos anormales con la pista.

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