No será hasta la segunda semana de enero cuando los populares aborden sus listas electorales. La decisión se ha tomado desde Génova, siguiendo la tradición de apurar los plazos, pero también para evitar que los posibles damnificados tengan tiempo de mostrar su malestar antes de la campaña. En su naturaleza vertical, todo indica que serán Mariano Rajoy y Francisco Camps quiénes cerrarán la composición de las candidaturas valencianas. Nadie o casi nadie es capaz de asegurar hoy que su nombre estará en la papeleta. Fuentes populares sostienen que será el momento de comprobar si el poder orgánico que se le presume a Camps a nivel nacional lo es tanto. A Camps le conviene configurar un grupo parlamentario a su medida por lo que la renovación de zaplanistas se da por descontada. La duda es saber si la «limpieza» será total o Eduardo Zaplana será capaz de salvar algunos nombres.