Cuando el mal viene de Almansa tiene imprevisibles consecuencias. El temporal procedente de Albacete que el domingo azotó con fuerza a la C. Valenciana descargó en apenas media hora más agua de la registrada en las comarcas de la Costera, la Canal y la Vall d´Albaida en todo el verano. Pero la lluvia reapareció de la mano de una intensa granizada que en algunos municipios han transformado un suceso que debía ser motivo de alegría en un desastre más que sumar al interminable listado de agravios que acumulan los agricultores.
La incidencia de la piedra fue especialmente reseñable en la franja de territorio que comprenden Vallada y Montesa, donde en algunos campos se han constatado daños de hasta el 100% en cultivos de caqui y cítricos. Según los datos facilitados por las organizaciones agrarias AVA-ASAJA y La Unió de Llauradors, en Montesa la superficie afectada abarcaría las 2.000 hanegadas de terrenos agrícolas (160 hectáreas), que se extienden a lo largo de una franja de 300 metros de ancho. En Vallada, el granizo solo ejerció su castigo en un 50% del término municipal, aunque lo hizo con una elevada incidencia debido a la fuerza de la tormenta, que descargó piedras de un tamaño considerable. Según expone el delegado de la Unió en la comarca, Julián Úbeda, en algunas partidas de la población resultó dañada entre un 30 y un 60% de la cosecha de naranjas y caquis.
El impacto del temporal también se nota en una cantidad importante de olivos, hasta el punto de que, en algunos campos de Vallada, la mitad de las aceitunas (las pocas que había) han terminado en el suelo. A la sequía prolongada que ha mermado extraordinariamente la producción del fruto este año cabe sumar ahora los estragos causados por el granizo, visibles también en otros municipios de la Costera como Rotglà o l´Alcúdia de Crespins. Según las fuentes consultadas, el temporal podría traducirse en un auténtico certificado de defunción para muchos productores del sector oleícola que ya dan la campaña por pérdida. En la Vall d'Albaida, el olivo es también señalado como el gran damnificado de los episodios de piedra que dejaron su huella en la comarca el domingo. A pesar de que a priori tocaba «una campaña buena» en función del sistema rotatorio, el pronostico es que apenas habrá producción. «Después de una sequía tan fuerte, las olivas estaban muy débiles», resume Miquel Oltra, dirigente de la Unió en Quatretonda, uno de los municipios donde los agricultores más tocados han resultado por las inclemencias del domingo, cuando las calles se tiñeron de blanco. Aunque en menor medida, en Albaida, Agullent,Llutxent, Benigànim, Alfarrasí o Bèlgida también resultaron afectados cultivos de taronjes primerenques, albaricoques, vid y fruta tardía.
En cuanto al caqui, aún es pronto para valorar y precisar el daño provocado por el temporal, aunque Oltra vaticina que el granizo habrá hecho «bastante mal», mermando la calidad de un fruto cuya recolección ha aumentado exponencialmente en los últimos años en la Vall. La escasa maduración actual del mismo podría jugar en su favor y minimizar las «heridas» sufridas.
En Enguera, los agricultores han logrado escapar del granizo, que se concentró en una reducida zona, conocida como la Pereta, donde el 90% es suelo forestal, mientras que en Canals y Xàtiva la incidencia se redujo a la mínima potencia. En esta última localidad, la policía local tuvo que intervenir el domingo a raíz del desprendimiento de ramas de árboles junto al colegio de infantil Teresa Coloma. La ciudad también padeció apagones parciales en el alumbrado público que afectaron al funcionamiento de los semáforos. A raíz de la tormenta, los bomberos prestaron sus servicios para atajar las peligrosas acumulaciones de agua que ocasionaron retenciones de vehículos en las carreteras de Moixent y Montesa y sofocaron incendios de matorrales en Bèlgida, Ontinyent y Canals, todos ellos de escasa relevancia. En Anna, un árbol de considerables dimensiones se precipitó al suelo en la cuesta por la que se asciende a la ermita del municipio, bloqueando el paso a vehículos y peatones en un punto bastante transitado de la localidad.
sergio gómez xàtiva
El fuerte viento descolgó persianas y tumbó contenedores en Enguera, donde las rachas alcanzaron los 77 kilómetros por hora. Este municipio ha sido especialmente señalado como el lugar en el que más litros por metro cuadrado se recogieron del territorio valenciano: un total de 41 en un breve periodo de tiempo. Cabe un matiz en esta interpretación: la cifra corresponde a la estación pluviométrica ubicada en el monte de la Matea, alejado del núcleo urbano, donde las precipitaciones ascendieron a los 14 l/m2.
Fuertes lluvias ayer en la Font
La lluvia y el granizo hicieron acto de presencia de nuevo ayer por la tarde en la zona de confluencia de las tres comarcas. Principalmente el temporal se concentró en los términos de la Font de la Figuera y Fontanars dels Alforins, aunque también se dejó sentir en Vallada u Ontinyent. Y llovió con mucha intensidad. En apenas una hora y media y poco después de las seis la lluvia descargó casi 30 litros por metro cuadrado en Fontanars y entre 60 y 80 en la Font, según las primeras apreciaciones. En algunas zonas cayó algo de granizo, pero poco consistente. En Ontinyent se recogieron aproximadamente 4,4 litros por metro cuadrado. Inundaciones de campos y formación de ramblas fueron algunas de las consecuencias. Además, un rayo fundió el transformador de energía eléctrica de la escuela de primaria de la Font de la Figuera y en Fontanars se produjo un conato de incendio de escasa consideración. Informa, Manuel Asensi.
