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el mirador del benicadell

dos nietos de alcaldes franquistas

En los pasados días, dos destacados nietos, en sus respectivos campos, de alcaldes de Ontinyent en la larga noche del franquismo han sido actualidad: el reputado analista electoral Jaime Miquel, quien acudió a la ciudad, al local social y a la llamada de la Associació de Veïns el Llombo el pasado jueves, y el músico Miquel Gironés, del grupo Obrint Pas, al comenzar el juicio contra dos policías nacionales de Valencia, que en 2013 le infringieron, según consta en la denuncia, malos tratos y vejaciones por el mero hecho de expresarse en valenciano. La presentación del libro La perestroika de Felipe VI (con prólogo de Enric Juliana) a cargo de su autor, Jaime Miquel, fue el motivo empleado por el Llombo para organizar y patrocinar la presentación del mentado libro, en cuyo acto el autor no pudo por menos que evocar gratamente la figura de su abuelo y alcalde de Ontinyent, con quien mantuvo una amplia y profunda relación epistolar. Jaime Miquel Lluch ostentó la alcaldía entre los años 1948 y 1957. Además es hijo de Jorge Juan Miquel, fundador durante el franquismo de la primera empresa española de encuestas, Icsa Gallup, muy conocida en el sector.

Seguramente el prestigio de las tesituras con las que este geógrafo aborda su tarea apartidista, y por tanto sin guiños ni condescendencias a formación política alguna, redundó en que ningún representante actual de los partidos ontinyentins acudiera a escuchar los acreditados comentarios de Miquel. La espalda que le dio el mundillo político ontinyentí, y por extensión el valldalbaidí, es aún peor si se debió a una manifiesta ignorancia acerca de la personalidad de Miquel, a quien Javier Caso Iglesias, analista político, reputa como «el mejor especialista en comportamiento electoral de España». Además, su libro sobre el rey ha sido calificado como uno de los más importantes y originales de 2015.

Juicio bochornoso. Por otro lado, el juicio que comenzó la semana pasada contra dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía por detención ilegal, lesión, amenazas y vejaciones a Miquel Gironés en 2013 por hablarles en valenciano-catalán es otro tema que atañe a un ontinyentí con muchas raíces en la ciudad, y no solo la más lúdica que mantiene con las fiestas de moros y cristianos, a través de su pertenencia a la peña Xurros. Gironés también es hijo de dos nombres ontinyentins reconocidos, como V. Gironés y X. Sanz, además de nieto del alcalde ontinyentí más añorado del franquismo, Vicente Gironés, quien gobernó la ciudad entre 1967 y hasta casi su muerte, en marzo de1975. Aunque a nivel oficial, ni en Valencia ni en la ciudad que Miquel lleva en el corazón, y en la que se posan sus recuerdos de infancia, Ontinyent, han roto ninguna lanza a su favor, es indudable que las desventuras que han acechado a Gironés tienen en alerta a mucha población ontinyentina, que le aprecia y valora su trascendencia y significado. Máxime si tenemos en cuenta que la trayectoria de Obrint Pas, nace con la llegada e imposición del simulacro de democracia valenciana del PP, y recogen sus instrumentos con la salida del poder del mismo. Los títulos de las canciones, de lucha y acción, son el mejor aval del amplio repertorio de resistencia que durante dos décadas cultivaron. Por lo demás, como escribía en este diario Martin Pacheco, ¿qué pasa cuando el que tiene el poder (o la autoridad) es un cretino ignorante?

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