Dos noticias al unísono, y que miran al futuro, han saltado a los medios esta semana. En la primera se daba a conocer que los profesores Vicente Cerverón y Josep Antoni Ybarra codirigirán «la Càtedra Universitària d'Innovació Territorial d'Ontinyent». Sufragarán la iniciativa concretamente el ayuntamiento, Caixa Ontinyent y ESET Espanya, conjuntamente con las universidades de Valencia y Alacant. Si tenemos en cuenta que en el fondo del meollo de esta cuestión se estudiará, según los promotores, «la innovación empresarial y social en Ontinyent y la comarca», la perspectiva resulta altamente halagüeña. Por lo de inédito que tiene el tema por estos lares, tan huérfanos de esta suerte de iniciativas, como garantes de modernidad y de proyección futura. Máxime cuando se sustenta con el rigor que emana del academicismo.
A mayor abundancia, los mentados profesores Cerverón y Ybarra son dos reputados especialistas con una larga experiencia en informática y economía. Obviamente, el cómo se apliquen los resultados de este interesante trabajo, en ciernes, es otro cantar.
La otra mirada en lontananza la ponía un ya habitual en esta plaza, el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, al anunciar en Ontinyent que «el Consell trabaja para impulsar la llegada de la fibra óptica y la tecnología 4G a toda la Vall d'Albaida», con lo que se zanjará un cuento de nunca acabar en Ontinyent, el de la fibra óptica, iniciado por el gobierno de Vicent Requena y arrastrado desde hace más de 20 años. Son buenas nuevas para una población que necesita a agarrarse a los conceptos con marchamo de futuro si quiere superar el tsunami que devastó su modus vivendi. Que V. Soler se haya reunido con la gente de Coeval para comunicarles las decisiones que va a acometer el Consell denota un cambio de contenidos, cuya ausencia a lo largo de 20 años ha perjudicado al mundillo empresarial y a la precaria creación y mantenimiento del empleo.
Los tiempos están cambiando.
Como cantaba en los 60 Bob Dylan, los tiempos están cambiando, y en este país, comarca y ciudad (Ontinyent), también. Una buena prueba, cuando no un desafío para algunos, lo ponía la asociación local Cassola Sense Corda, al lanzar este reto transgresor trufado de guiños amables y sin acritud: De 3 a 7 passa del bou. Una llamada en relación a la fiesta del Bou en Corda, que siguiendo una tradición centenaria celebra Ontinyent al amparo de la programación de la fiesta religiosa entorno a la Purísima (con fiesta nacional incluida en el calendario de este país laico, Constitución en mano).
Por otra parte, y como poniéndole una segunda taza a la polémica del Bou, se hacía pública la renuncia o cancelación de la Dj Marien Baker, que tenía previsto pinchar-actuar en el recinto de las carpas que se ubican en el solar de la antigua fábrica de Tortosa y Delgado, situadas en el trayecto del Bou y que reúne a miles de jóvenes que acuden a la llamada de la fiesta entorno a dicho animal. El comunicado oficial de la Baker no ha podido ser más clarito, al decir que «el evento está directa o indirectamente ligado a la actividad que lleva el nombre del Bou en corda d'Ontinyent», por ello manifiestan que eso «supone un conflicto de principios para Marien Baker», al tiempo que «tampoco se siente bien siendo partícipe de actividades que, directa o indirectamente, están conectadas a festejos con el uso de animales». Lo dicho, los tiempos siguen cambiando.
