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Un radar censa 1.500 vehículos al día en la travesía del Palomar

El ayuntamiento denuncia la sobrecarga de tráfico de la vía y castigará el exceso de velocidad con multas de 100 a 600 euros Solo un 0,7 % infringe el límite

Un radar censa 1.500 vehículos al día en la travesía del Palomar

El radar implantado por el Ayuntamiento de El Palomar para «pacificar del tránsito» y garantizar la seguridad vial en el tramo de la carretera CV-62 que da acceso a la localidad y atraviesa su núcleo urbano, se puso ayer en funcionamiento después de quince días en fase de pruebas. El consistorio ha destinado parte de la subvención del Plan de Inversiones Sostenibles de la diputación a sufragar la instalación homologada, que funcionará de forma provisional y con carácter sancionador durante medio año. El objetivo, según recalca el alcalde, Jordi Vila, es doble, pero en ningún caso recaudatorio. Por un lado, la corporación pretende «concienciar» a los conductores sobre la necesidad de moderar la velocidad en la travesía urbana de la Avenida Valencia, un trazado peligroso donde se han producido diversos accidentes, incluyendo un atropello mortal en la década de 1990. Por otro, Vila quiere reivindicar ante las administraciones superiores la necesidad de que asuman el mantenimiento y la conservación de un tramo que soporta un volumen de tráfico excesivo como para que su titularidad siga siendo municipal. El radar, de hecho, ha detectado que por la travesía circulan una media de alrededor de 1.500 vehículos diarios.

La corporación pondrá los datos en la mesa de la Conselleria de Infraestructuras para explorar la posibilidad de que esta administración se haga cargo del mantenimiento de la carretera y de implantar las medidas necesarias para asegurar la seguridad vial. Con el radar activo, los conductores se exponen a multas de 100 euros si superan los 67 kilómetros por hora y una sanción de hasta 600 euros y retirada de 6 puntos si circulan por encima de los 98 km/h. Durante el periodo de prueba, según el alcalde solo un 0,7% habría infringido la velocidad máxima permitida en la vía, de 40 km/h.

Tres tipos de usuarios

Tras varios años peleando para que el Ministerio de Fomento cediera al municipio el tramo de la N-340 que atraviesa la localidad para poder aplicar medidas de seguridad en su seno, la reivindicación quedó satisfecha en 2010. Sin embargo, ni los pasos de peatones, ni los badenes ni la reducción de la velocidad han conseguido desterrar la peligrosidad de la vía. La variante de Albaida ha reducido el tráfico por el interior del Palomar, pero no a los niveles que se esperaba. «No queremos denunciar a nadie, sino concienciar a los conductores para que en la travesía no haya más atropellos», reitera Vila.

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