El plazo concedido por el Ayuntamiento de Xàtiva a los residentes del casco antiguo para actualizar sus datos en el censo de vehículos con permiso de acceso en horario regulado expiró ayer con alrededor de 1.300 matrículas inscritas. El proceso se abrió hace un mes, después de que el área de Movilidad advirtiera de que el número de coches autorizados en la zona de tráfico acotada a los residentes y propietarios de inmuebles del centro histórico no casaba con la realidad. La falta de control sobre esta base de datos en los últimos años había disparado de forma anómala la cifra de matrículas registradas hasta las 3.927.
El consistorio tiene la intención de volver a poner en funcionamiento el sistema de cierre nocturno mediante pilonas automáticas implantado en 2010 después de un largo periodo inoperativo. El mecanismo informatizado se activará con la misma franja horaria que antes, de 21 a 6 horas, si bien el equipo de gobierno prepara cambios. Depurar el censo de todos aquellos coches que no cumplían los requisitos de acceso resultaba vital para materializar la iniciativa. Según los cálculos municipales, por el Portal de la Font del Lleó y la Porta de Concentaina acceden cada día al casco antiguo más de 2.000 vehículos, de los cuales el 77 % no constan en el registro de residentes. Los cerca de 1.300 censados a última hora de ayer se ajustan a las expectativas del consistorio. Una vez cerrado el plazo, el concejal de Movilidad, Miquel Lorente, se muestra abierto a estudiar los «casos especiales».
Mejoras en el sistema de control
Los esfuerzos del departamento se centran ahora en corregir los fallos y carencias del sistema de control, objeto de continuas averías, incidentes y quejas vecinales en los últimos años. El ayuntamiento va a introducir una serie de mejoras para garantizar la seguridad e impedir que los coches resulten dañados por las temidas pilonas. Como avanzó este diario, en los puntos regulados de acceso se implantará la luz verde en los semáforos y otros indicadores que persiguen despejar las dudas a los conductores sobre cuándo está permitido pasar y cuándo no. Los interfonos que conectan con la policía en caso de emergencia serán reparados y se utilizarán pilonas que se mantengan rígidas con el impacto de un vehículo para ahorrar roturas y reclamaciones económicas, antes frecuentes. La administración gastó miles de euros en reponer estos elementos durante la etapa de Alfonso Rus.
Lorente recalca que el sistema persigue «mejorar la calidad de vida» de los residentes, reduciendo la peligrosidad en aquellos tramos por los que actualmente el volumen de intensidad del tráfico es «excesivo» y poniendo coto a la travesía de coches que recorre de parte a parte el centro histórico.
