Quince personas, dos de ellas menores de edad, tuvieron que ser desalojadas ayer de un inmueble de la calle Roca de Xàtiva tras ceder el forjado de la primera planta del edificio, en el que convivían dos familias en dos pisos diferentes. El aviso trasladado por los vecinos ante el temor de más desprendimientos movilizó hasta la vivienda al arquitecto municipal y al inspector de obras, que, tras una primera inspección ocular, advirtieron del peligro existente de hundimiento del techo.
La alerta fue trasladada a la regidora de Urbanismo, Cristina Suñer, que se personó rápidamente en el inmueble. Además de ordenar el desalojo de los inquilinos, por razones de precaución, la corporación municipal emplazó de forma urgente a la propietaria del inmueble „que no reside en el mismo„a reparar los desperfectos y eliminar el peligro. La dueña se comprometió a iniciar las obras el próximo lunes y proporcionó alojamiento momentáneo en otro piso a una de las familias de la calle Roca, cuyos miembros, de nacionalidad rumana, vivían en régimen de alquiler en la primera planta. Hasta el lugar se desplazó una patrulla de cinco policías locales, que acordonaron la zona.
Realojados en el albergue de la Seu
La regidora de Seguridad, Mariola Sanchis, se coordinó junto a las ediles de Urbanismo y Servicios Sociales para encontrar al resto de desalojados „entre ellos un bebé de un año„ un lugar donde pasar el fin de semana. Finalmente se repartieron entre el piso de un familiar en Rafelguaraf y el albergue El Palau, propiedad de La Seu, tras acceder el abad a darles cobijo. A las cinco de la tarde de ayer todos debían abandonar el inmueble, dado que el forjado de la primera planta se encontraba en muy malas condiciones. La edil de Urbanismo, Cristina Suñer, indicó a este diario que los servicios técnicos municipales se personarán este mismo lunes en el edificio para comprobar que las tareas de reparación se llevan a cabo y para evaluar con mayor precisión la entidad de los daños.
Tras una primera inspección, ayer, los técnicos pronosticaron que los inquilinos podrían regresar a su hogar en unas dos semanas una vez solucionados los problemas, si bien el arquitecto seguirá de cerca la supervisión de las actuaciones. El lunes, los servicios sociales evaluarán el caso para determinar qué tipo de ayuda pueden recibir las familias.
