Los ayuntamientos de Ontinyent, la Font de la Figuera y Castelló de Rugat se sumaron ayer al gesto secundado por decenas administraciones y decidieron bajar a media asta la bandera de la Unión Europea que ondea en sus edificios municipales como medida simbólica de presión y de rechazo frente a las políticas de expulsión de refugiados que se están materializando en diversos estados miembros, con el beneplácito de Bruselas. El gobierno municipal de Ontinyent acordó este gesto como «muestra de pésame por las personas que han muerto o sufren situaciones inhumanas a las fronteras europeas». La capital de la Vall d'Albaida ha anunciado que mantendrá la bandera a media asta hasta que se replantee el preacuerdo alcanzado entre la UE y Turquía respecto a los refugiados, una acción que pretende incidir en el debate sobre cuál es el papel que está teniendo la Unión Europea en la crisis humanitaria de los refugiados sirios.
En la misma línea, el Ayuntamiento de la Font de la Figuera hizo lo propio ayer con la bandera comunitaria ubicada en el balcón de la Casa de la Vila «como gesto de solidaridad en apoyo de las personas que huyen de la guerra de Siria». Idéntica decisión adoptaron también los consistorios de Castelló de Rugat y Quatretonda.
EU pide que Xàtiva se sume
En Xàtiva, el portavoz de Esquerra Unida, Miquel Lorente,ha presentado por registro municipal una solicitud para que el ayuntamiento se adhiera a la iniciativa simbólica. Lorente es partidario de que se mantenga la bandera a media asta «hasta que no se impulsen programas europeos de reubicación coherentes con el número de refugiados existente».
