Alfarrasí ya está preparada para vivir mañana, un año más, el tradicional acto del Angelet de la Corda, en el que en la procesión del encuentro entre el Crist Crucificat y la Mare de Déu dels Dolors —el Domingo de Pascua—, una niña de la localidad, deslizándose por unas cuerdas, le retira el velo negro que cubre la cara de la virgen, tras la resurrección de su hijo. Este año la celebración será especial, ya que el gobierno de Federico Vidal persigue que el Angelet de la Corda —fiesta que se celebra desde 1912— sea declarada de Interés Turístic.
A las 8:30 se dispararán cohetes y a las 9 saldrán de la iglesia las imágenes del Crist Crucificat, por una calle, y de la Mare de Déu dels Dolors, por otra. La primera es llevada en andas por hombres y la Verge por mujeres. Las dos imágenes se encontrarán en la plaza y, entonces, Martina Ureña Ibáñez —la niña que este año representa el Angelet de la Corda— bajará por una cuerda con una nube blanca y le retirará el velo a la virgen, para anunciar que su hijo ha resucitado y se acaba el duelo por la muerte de Cristo. La banda de música interpretará la Marcha Real, los Colombaires soltarán palomos y la gente soltará globos de colores. Después todos acudirán a la misa de resurrección y Martina pasará a formar parte de la galería fotográfica del Museu de l'Angelet de la Corda de Alfarrasí, que reúne a todos los angelets, desde la primera, Otilia Vidal, hace más de cien años.
