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Un Santo Entierro de Xàtiva a media luz

El horario de invierno y la pérdida de potencia lumínica en el casco antiguo lastran el inicio del gran desfile del Viernes Santo

Un Santo Entierro de Xàtiva a media luz

Entre que ayer aún era el horario de invierno y que los nuevos puntos de luz led del casco antiguo tienen una potencia más que discutible... La procesión general del Santo Entierro de Xàtiva tuvo poco de vespertina. En el ecuador del desfile —tomando como referencia un punto casi inicial del recorrido, la puerta dels escalons de la Seu— ya anochecía. Y por supuesto que tras pasar por ese punto el resto del desfile y ya, por tanto, en todo el recorrido, la noche había caído. Pero es que no sólo algunas farolas emiten mucha menos luz. Es que además, a la Colegiata le faltaba iluminación de manera considerable: el campanario, visto desde atrás (desde Sant Vicent, desde Sant Pere...) era una sombra, casi fantasmal.

Con esa mala salud de hierro que se dice que tiene este desfile, el de ayer siguió la tónica de los últimos años: muy pocos fieles con cada cofradía además de los de vesta, y una tediosa sucesión de parones y cortes nada más comenzar. El arranque del desfile, con la imagen de la Burreta, comenzó a pasar por la puerta lateral de la Seu a las 18.41 horas. Prácticamente dos horas después terminaba la sucesión de pasos, con la imagen de la Soledad; la presidenta de la Hermandad de Cofradías de la Semana Santa Setabense, Mª Teresa Baldrés; el nuevo abad, José Canet, y la corporación municipal, encabezada por el alcalde, Roger Cerdà, con concejales del PSPV-PSOE, del PP y el único de Ciudadanos. Detrás de La Camilla —cofradía vinculada al ayuntamiento— desfiló la edil de Policía Local, Mariola Sanchis, quien ya lo hizo en la procesión matutina del Entierro que partía de la casa consistorial.

Es indiscutible que ayer, una cofradía brilló por encima del resto. Celebraba los 50 años de su fundación y si habitualmente ya pasa por ser una de las que mayor participación concitan, en el Santo Entierro de este año la cofradía de El Cachorro amplió esa notable presencia de fieles. La peculiar manera de procesionar al Cristo, balanceándolo, fue otra de las características a las que este colectivo nunca renuncia. Y el espectador lo agradece. Precedió a la cofradía del Cristo de la Expiración, un año más, la Hermandad de Penitentes de la Santísima Cruz, que procesionó una de las reliquias más importantes de la cristiandad: una esquirla de la verdadera cruz en la que Jesús fue crucificado.

El de ayer fue también un desfile agraciado con cierta benignidad meteorológica, si bien poco antes de empezar hubo unas fortísimas rachas de viento hicieron temer lo peor. Alrededor de una hora después de comenzar la procesión se llegó a notar un conato de llovizna apenas percibido por algunos. La temperatura, casi primaveral aunque sin echar de menos para nada la manga corta, beneficio el buen discurrir de una cita que en los últimos años ha sufrido el azote de las inclemencias del tiempo con varias suspensiones motivadas por la lluvia.

Desfile otra vez incompleto

Lo que sigue sin solucionarse es que una parte muy importante todavía del desfile, el tramo de Corretgeria hasta la Seu, continúa sin contar con la presencia de tres importantes piezas de la imaginería local: el Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora de la Esperanza, de la Merced, y la santa Cena de los Santos Juanes. El traqueteo tan intenso que ocasiona el adoquinado de esa calle hace inviable procesionarlas sin riesgo serio de deterioro para las imágenes, lo que obliga a que dejen el desfile bastante antes de llegar a ese punto negro de la vuelta general.

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