La paralización de las instalaciones adjudicadas en 2009 en Llanera de Ranes ha devuelto al Consorcio de Residuos V5 (COR) a la casilla de salida. El presidente del organismo que gestiona la basura de la Costera, la Canal, la Vall d'Albaida, la Safor y el Valle de Ayora, Roger Cerdà, va a dirigirse por carta a los 93 alcaldes que integran el área de gestión para emplazarles a proponer posibles ubicaciones en sus municipios susceptibles de albergar las futuras plantas de tratamiento, transferencia y eliminación de la basura que se proyectan en el territorio.
El COR ha abierto un proceso «participativo y transparente» para definir el nuevo esquema de gestión de los residuos, después de que las críticas de los munícipes por la falta de debate obligaran a los máximos responsables del ente a retirar la propuesta que abogaba por ubicar en Zarra el vertedero de las cinco comarcas y dos nuevas plantas de tratamiento, en Bufali y Ròtova, aceptadas por los alcaldes de estas poblaciones.
Ahora, el foco se abre para que todos los ayuntamientos puedan aspirar a dar cabida en sus términos a cualquiera de los tres tipos de instalaciones en liza. Cada corporación tiene de plazo hasta el 16 de mayo para entregar rellenado un formulario en el que han de indicar las características de los terrenos que propugnan, especificando la titularidad „si el suelo es público o privado„ la disponibilidad, la clasificación „urbanizable o no urbanizable„ la calificación, si están sometidos a algún nivel de protección, la referencia catastral, la extensión que ocupan y el tipo de infraestructura por la que quieren optar. En esta casilla, han de seleccionar entre planta de transferencia, planta de tratamiento o de eliminación, o pueden abrir la puerta a las tres.
El COR constituirá una comisión técnica que evaluará las diferentes proposiciones recopiladas y elevará su dictamen a la asamblea, una vez se haya logrado «el máximo consenso» entre los alcaldes. Antes de proceder a modificar el Plan de Gestión de Residuos, el gobierno del organismo reunirá a los representantes municipales de cada comarca para abordar en profundidad las posibles opciones, con sus puntos a favor y en contra. Además de los aspectos técnicos, la conflictividad social que pueda despertar cada ubicación se tendrá muy en cuenta. La intención del consorcio es que el proceso no se demore demasiado, de modo que, a lo largo del próximo verano, pueda cristalizar un nuevo mapa de instalaciones que concilie el mayor número de adhesiones posible. Sin embargo, la gran cantidad de actores involucrados complica el desenlace y abona el terreno a la polémica.
La carta, firmada por el presidente del COR y el director general de Calidad Ambiental, Joan Piquer, ha causado sorpresa en muchos alcaldes por lo que supone desmontar la gestión de los últimos 10 años, a la espera de los informes que determinarán qué encaje tienen los cambios dentro del contrato vigente con la adjudicataria de la planta de Llanera y si ésta demanda ser indemnizada.
Aunque el esquema inicial negociado por el presidente del COR proponía un solo vertedero para las cinco comarcas, fuentes del ente admiten que ahora mismo «todo está abierto» y es una incógnita cuántas instalaciones se ejecutarán. El propio secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Àlvaro, ha rechazado «la vía de Zarra» y apuesta por que la Vall d'Albaida disponga de una planta de tratamiento y eliminación exclusiva para la comarca, resucitando el llamado Plan de Minimización.
