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la ciudad de las damas

EL MAL SUEÑO DE LAS MUJERES

El problema de María, vecina de Xàtiva, es que su marido le atiza día si, y otro también. Que empieza a mirar mal a las criaturas. Que cada día bebe más. Y que ella está más sola que la una, porque no sabe quién ayudaría a una mujer con pocos estudios y muchos hijos, que no sabe hacer nada sola y que depende del bestia de su marido hasta para respirar. Imposible pegar ojo cuando se acuesta a su lado cada noche.

El problema de Carmen, vecina de Xàtiva, es que lleva en paro desde que acabó la carrera. Lo que le impide dormir es la indignación que le produce haberse deslomado estudiando una carrera que sacó a base de un esfuerzo extraordinario consiguiendo magníficas notas que quedan muy bien en su expediente, pero no le sirven en absoluto para conseguir lo que quiere: un empleo desde donde poder inaugurar un proyecto de vida propio. Está empezando a pensar en irse a Australia, pero le da mucha pena abandonar su ciudad.

El problema de Maruja, vecina de Xàtiva, es que su pensión es una broma. Una broma de mal gusto que la obliga a vivir con apreturas agobiantes, que le producen insomnio cuando no sabe si podrá pagar la luz, comprar aceite o llevarles algo a sus nietos la próxima vez que vaya a verlos. Además su espalda la está matando y como no conduce, se desvela pensando quién le hará el favor la próxima vez de llevarla al hospital.

El problema de Rosa, vecina de Xàtiva, es que no quiere perder la faena, pero no sabe qué hacer con su hija, porque lo tiene difícil para llevarla a una guardería cuya mensualidad, incluyendo horarios especiales y comedor, se chuparía la mayor parte de su raquítica nómina. Además tiene a sus suegros y a sus padres con la salud delicada y no da abasto atendiéndolos a pesar de poner su mejor voluntad. Acaba tan agotada que no puede conciliar el sueño porque se pasa el día intentando cubrir todas sus necesidades, su alimentación, su medicación, su necesidad de compañía, y se siente muy sola y abandonada para afrontar tal responsabilidad.

El problema de Fina, vecina de Xàtiva, es que se rompió la cadera pero no renuncia a salir a la calle e ir a donde le venga en gana, ni a pasear con sus nietos. Pero cada vez lo tiene más difícil con tanta acera raquítica, suelos resbaladizos, escalones imposibles, ausencia de rampas. Circular con su silla de ruedas es una verdadera pesadilla que a nadie le parece importar.

El problema de Teresa, vecina de Xàtiva, maestra que cree firmemente que en las escuelas se debe enseñar a niñas y niños a convivir desde el respeto y con igualdad, es que parece que sólo ella piense así, aunque todos se rasguen las vestiduras cuando se produce el siguiente asesinato machista. Pierde el sueño soñando con que se cumpliera la Ley y todos los consejos escolares de los centros educativos contaran con una persona cuya función fuera garantizar que se educa al alumnado en igualdad.

El problema de Marisa, vecina de Xàtiva, es que forma parte del equipo local de Voleibol que esta temporada ha conseguido enormes éxitos deportivos a base de sacrificio y esfuerzo, porque nadie les ha regalado nada. Pero ella se desvela cuando siente que en su ciudad no tienen el reconocimiento que merecen porque sus logros han pasado inadvertidos.

A todas ellas les encantaría que les preguntaran y les solucionaran sus problemas reales, y piensan que eso de la Reina de la Fira está pasado de moda.

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