Ninguna de las cinco localidades de la Costera, la Canal de Navarrés y la Vall d'Albaida afectadas por los incendios de Bolbaite y Terrateig a mediados de junio disponen de planes municipales de prevención de fuegos forestales aprobados por la Conselleria de Medio Ambiente. A pesar de que estos documentos son de obligada redacción para las poblaciones con terreno forestal desde hace diez años, solo nueve de los 61 municipios inscritos en el ámbito de las tres comarcas han hecho los deberes, según confirman fuentes del gobierno autonómico. Se tata de Bicorp (desde 2009), Moixent (2009), Quesa (2010), la Font de la Figuera (2010), Barxeta (2010), Montitxelvo (2009), Bellús (2010), Otos (2010) y Bocairent (2016). Todos los restantes —incluyendo Enguera, con una enorme masa forestal, Xàtiva u Ontinyent— quedan inscritos dentro de las directrices del plan director de prevención de incendios forestales de la demarcación de Xàtiva, aprobado por la Generalitat en 2014.
La ferocidad con la que ha irrumpido este año la temporada de incendios en el territorio ha vuelto a poner en evidencia la necesidad de relanzar estos programas, que han de evaluar los riesgos específicos de cada municipio y establecer medidas de prevención adecuadas para proteger el término forestal y los núcleos poblados. El director general de Emergencias, José María Ángel, ha alentado a los alcaldes a superar esta asignatura pendiente para incrementar la eficacia y facilitar una respuesta integral.
El Plan de la Demarcación de Xàtiva señala entre sus objetivos uno primordial: «fomentar la implicación de los ayuntamientos mediante la redacción y puesta en marcha de planes locales de prevención de incendios». Estos documentos resultan vitales para «obtener la disponibilidad de terrenos de particulares para el mantenimiento y ejecución de infraestructuras perimetrales y cortafuegos sobre parcelas que no son competencia directa de la conselleria» y que afectan a zonas urbanizadas. El incendio de Bolbaite quemó 1.535,7 hectáreas en 7 municipios y puso en riesgo varios diseminados y núcleos habitados. Toda la superficie arrasada tiene titularidad privada. Esta condición suele dificultar a la administración la ejecución de actuaciones se limpieza y prevención. Desde la conselleria atribuyen a la falta de recursos de los consistorios el retraso en la redacción de los planes antiincendios, que requieren en muchos casos la contratación de consultoras externas. La directora general de Prevención de Incendios Forestales, Delia Álvarez, planteó recientemente la posibilidad de convocar subvenciones en 2017 para incentivar su elaboración entre las entidades locales. En muchos municipios, la falta de recursos en materia de prevención y extinción es directamente proporcional al riesgo de incendio.
Los planes han de «concretar, detallar, completar o complementar en el ámbito municipal las directrices y actuaciones del plan de la demarcación de Xàtiva», a tiempo que delimitan infraestructuras de prevención y definen estrategias de vigilancia y gestión de la masa forestal.
El programa que engloba la superficie forestal de las tres comarcas, sin embargo, permanece prácticamente congelado y, desde su aprobación en 2014, una gran parte de las previsiones de inversión no se han cumplido. El documento de la Generalitat establecía en 4 millones de euros anuales la previsión de gasto en prevención —58 millones a lo largo de sus 15 años de vigencia— pero se ha quedado en una mera declaración de intenciones. Diversos colectivos han denunciado la falta de intervenciones preventivas en los montes del territorio en los últimos años. El Plan, además, permanece desactualizado y ofrece datos con 2007 como barrera temporal.
Cortafuegos y fajas auxiliares
Ante el vacío en los ayuntamientos, en los últimos años han ido surgiendo publicaciones en el ámbito académico a cargo de especialistas que diseñan planes locales perfectamente aplicables por las administraciones. Una de estas tesis difundida recientemente se circunscribe al término de Chella y enumera múltiples actuaciones necesarias para prevenir incendios, a tiempo que alerta del abandono de zonas de cortafuegos.
El Plan de Demarcación de Xàtiva también relata una serie de intervenciones imprescindibles en el Montot, una de las zonas más castigadas por el incendio que quemó 648 hectáreas en Chella. El documento señala obras indispensables en viales y la necesaria creación de redes auxiliares. Los medios de extinción, de hecho, sufrieron dificultades de acceso al fuego por el estado de los caminos.
