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Tribuna abierta

Usos para la finca fuset

La actual crisis ha puesto de manifiesto que no estamos en una época de cambios sino que, por el contrario, vivimos un cambio de época. La actividad industrial en Ontinyent ha sido históricamente un elemento clave en el desarrollo de la zona, aportando importantes valores culturales, económicos y sociales. El cambio de modelo económico ha provocado que haya disminuido considerablemente, y en este contexto, son dignas de considerar otro tipo de iniciativas que se plantean como interesantes posibilidades de diversificación, tales como la fuerza del turismo. En este sentido, ya se ha acuñado el término "la Toscana Valenciana", en esa zona de Valencia tan bonita como desconocida desde el punto de vista turístico. Y es aquí donde enmarcamos a la Finca Municipal de Fuset, en Ontinyent, cuyos usos actuales son un campo de tiro y un campo de motocross, actividades ambas de indudable impacto ambiental, exclusivas de unos colectivos y sin duda alguna, "excluyentes" de otros usos respetuosos con la naturaleza.

Fuset presenta un emplazamiento inmejorable, unas vistas, unos senderos medioambientales, y tiene una gran potencialidad turística, que utilizando la lógica del respeto y del cuidado de la naturaleza se puede poner al servicio de los ciudadanos y también de las generaciones futuras. Considero que existe una deuda ecológica con Fuset, y que tenemos que asumir uno de los desafíos actuales: pasar a un tipo de desarrollo que respete la naturaleza y conserve su armonía. Estamos a tiempo de crear un observatorio astronómico, posicionando a Ontinyent como Destino Turístico Starlight de la Unesco, puesto que ya se ha constatado que goza de excelentes cualidades para la contemplación de los cielos estrellados y que, al estar protegido de la contaminación lumínica, sería especialmente apto para desarrollar actividades turísticas basadas en ese recurso natural. También se puede concebir un campo de golf rústico, alternativa que se adapta a los elementos naturales del entorno, actuando mínimamente sobre el terreno. Y este carácter ecológico es sólo una parte de su atractivo. Se puede concebir en el actual bar derruido de la zona de los cazadores, un restaurante de nivel, que contaría con unas vistas espectaculares, crear un área de parapente y vuelos de ultraligeros, zonas para el bicicross, birdwathing, áreas de juegos infantiles, senderismo sin ruidos de motos y sin tiros, y un sinfín de actividades que podrían, de una manera fecunda promover nuevas empresas y puestos de trabajo. Y por supuesto, posicionar a Ontinyent en el mapa turístico más allá de sus Fiestas. Parafraseando a Einstein, «si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo». Apostemos por el uso turístico de Fuset y frenemos la degradación del ambiente natural.

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